Estaba yo el viernes pasado con unos amigos bebiendo en mi sala. Los ánimos eran buenos y el licor, aunque escaso, ya bailoteaba alegremente dentro de nuestros cuerpos. Fue entonces que Adrián me pregunto si tenia el The Madcap Laughs de Syd Barrett . Claro que lo tenía, fui a sacarlo del cajón y lo puse en el equipo . Por el anterior artículo sobre el concierto de Roger Waters , ustedes mis amigos ya se habrán dado cuenta que Pink Floyd y por ende Syd Barrett, ocupan un bien ganado lugar en el santuario de mis afectos musicales. Sin embargo, la etapa solista de Syd nunca me terminó de pegar , quizás porque siempre le di mas énfasis al segundo disco ( Barrett) , ya que el The Madcap Laughs me sonaba demasiado desordenado y a primera escucha poco consistente . Por tal motivo nunca sucumbí a la tentación de ahondar en sus mieles , y con absoluta injusticia lo dejé relegado .
La cosa es que puse play y Barrett con su seductora voz , se abrió paso con “Terrapin” secundado solamente por su Fender Telecaster . Algo de magia parecía haber ahí , como los vinos que se destapan después de años de guardados .
Derrepente ví a mi buen amigo Adrián , que por lo general no canta , entonando suavemente y para él mismo con suprema devoción una a una las canciones del disco . Dado que Adrián me cae muy bien y me parece un hombre sabio , puse en el recordatorio de mi cabeza “Darle una oportunidad al Madcap”.
Casi una semana después , fui a comprar dvd’s a Polvos Rosados y me topé con uno que narraba la historia de Syd, desde que lideró Pink Floyd hasta su lamentable desaparición (The Pink Floyd and Syd Barrett Story ) . Ya había comprado el No Direction Home de Scorsese que consta de dos discos y cuenta la azarosa vida de Bob Dylan , sin embargo como tantas otras veces quise creer en las coincidencias y aposté por el atribulado padre y genio de la psicodelia . Y vaya que me sorprendió una vez mas . Y vaya que me reconquistó .
No hay comentarios:
Publicar un comentario