miércoles, 9 de noviembre de 2011

NUEVA CANCIÓN : REFLEXIONES DESDE El SILENCIO

Acá me tienen otra vez, saliendo, volviendo a la civilización, pero con una sensación bien vintage en el corazón.

Estuve componiendo algunas canciones el último mes. Esta es la que a mí más me gusta, tanto por la melodía como por el desarrollo que tiene el mensaje que intento transmitir en la letra. Pasé por una temporada muy dura e hice puras canciones de amor para intentar amilanar mis dolores. Las canciones iniciales eran gritos desesperados, clamores sin cabida, llantos sin apaciguar. Esta última, no. Hay una voluntad de fortaleza en el mensaje, un cierto "caballeros, hay que asumir el presente como venga" pero sin perder las esperanzas. En fín, como lo dice el título, aquí lo que hay es una reflexión sobre cosas que pasan alrededor de una persona.


REFLEXIONES DESDE EL SILENCIO





Ya estuvo bien /vivir sin pensar / Hoy me importa un pincho la ciudad.


Nada para mí / hoy te toca a tí / descubrir que nuevos juegos hay.


Pierdo la razón y es mi voluntad / la que hoy no importa mucho más.


Mi calamitoso historial / embarró mi credibilidad.


Estabas aquí / aquí junto a mí / y no ví venir


la cadena de sucesos que hoy me tienen sin poderte mostrar


que es verdad cuanto te digo que quiero cambiar todo lo que hice mal.


Si yo tan sólo pudiera / tener la última oportunidad / por mi madre que te haría recordar


que sigo siendo el que tú amas / y no el farsante que se orina en la cama.


Cuanto yo daría por volver a empezar / junto a tí.


viernes, 19 de agosto de 2011

PASAJERO EN TRANCE

*****//****


El que está volteadito, el de la capuchita, ese es.





Subo al avión apresurado, me voy a Arequipa para ver a Charly García. Me voy a Arequipa y, la verdad, me gustaría allí quedarme y recomenzar de cero toda mi estructura, hoy desfasada, por los avatares del corazón, del maldito corazón loco e impreciso.


Hoy pues, no emerge de mí, naturalmente, la seguridad de hace algunos años. Tampoco es que me queje. Sencillamente quisiera que algo ocurra y tenga que quedarme en Arequipa por mucho tiempo. La situación no es mansa en Lima. He tenido tiempos mejores.


Arribo a la sala de embarque ni tan puntual ni tan en falta, y en seguida llamo a mi mamita para avisarle que ya estoy listo para abordar. Entonces, al ingreso, me topo con 5 piratas bellamente desparramados sobre sus respectivas butacas. Me parece simpática la pinta de trasnochados que tienen, y puedo adivinar, al instante, que son rockeros en trance.


Sí pues, los estuches de sus violas me lo confirman.


Tomo asiento cerca de ellos y empiezo a especular sobre la misión que irán a cumplir en mi tierra. Lo primero que se me viene a la cabeza -no miento- es que se trata de la banda que acompañará al ídolo argentino. Luego, creo haberme equivocado, pues los veo algo 'misios'. Además, no me parece reconocer a ninguno. Sin embargo, no hay forma de que no sean auténticos músicos de rock and roll ¡Está más claro que el agua, esas trazas no son las del grupo Afrodisiáco!


Entonces, es levantándome para ir a la cola que sube al avión, que distingo a un moreno ensortijado, con inconfundible acento bonaerense y trajinada figura de rolling stone latinoamericano. Se dirige en dirección a la patota rocker.


Pues, con dos vistazos nada más, me doy cuenta que a este sí lo manyo. Es el Negro García Lopez, guitarrista y eterno aliado del genio del bigote a sangre y sal.


¡Bonita manera de empezar a empaparme con toda la locura del gran concierto de la noche de mañana! Voy a viajar con los músicos del maestro. Afortunados ellos y afortunado yo también. Empiezo a emocionarme.


Subo al avión, relajado, y saludo con escueta cortesía a la azafata. Quiero ocupar mi lugar y pasarme dibujando cualquier huevada, con una chela durante el vuelo. También me placería mucho dormir. Sin embargo, rápidamente, mis manos vacías me hacen notar que algo no anda del todo bien. ¿Dónde mierda está mi maletín de mano? ¿Dónde mierda está? ¡Toda mi ropa y artículos de primer uso para estos 3 días, estan ahí!


Bruscamente tomo el camino de regreso a la puerta de la nave y le cuento a la azafatita lo ocurrido. Ahora no le soy escueto y ante su indicación de que, como pasajero, estoy impedido de salir nuevamente a la sala de embarque ( pues de hacerlo perdería el vuelo), procedo a describirle con harta prisa pero con lujo de detalles el aspecto de mi neceser. "Es un maletín Nike, pequeño, de color negro y azul. Lo debo haber dejado en mi asiento de la sala de embarque". Ella le avisa por walkie talkie a un encargado de la aerolínea, y me dice que espere un momento a su lado hasta que el sujeto le comunique los resultados de su búsqueda.


Los pasajeros entran y entran al avión, pero nada veo de mi maletín. Cada minuto que pasa se me hace más insoportable, y me siento cada vez más como un completo cojudo, parado junto a la señorita, mientras esta saluda imperturbable e incansablemente, con invariable sonrisa, a cada uno de los tripulantes.


No sé que chucha hacer, y así, mientras tanto, el Negro García Lopez y todos los demás de la pandilla Say No More hacen también su ingreso. Cancherasos ellos, ante la curiosa (chismosa) mirada del muy normal gentío que ya se ha posicionado en sus lugares. Y así, mi maletín que sigue sin hacer su reaparición triunfal, mi cabeza en las nubes, la señorita saludando como conejito duracell, y derrepente.... CHARLY GARCÍA.


"¡Asu madre! ¡Asu madre!" le empiezo a decir a la azfatita. Charly García ahí nomás, adelantito nuestro, pasajero bendíto, pasajero inesperado. Puedo jurar por Dios que ni en sueños me lo habría imaginado.


"Es Charly García ¿no?" me indaga en voz baja la dulce mujer, interrumpiendo, de hachazo, sus saluditos.


"¡Sí!" le confirmo. "¡Es mi ídolo!"


Me conformo, entonces, con mirarlo, pues ni un "Hola Charly" me sale de la garganta. Está hermoso, gordito pero realmente muy bien de salud. Nada que ver de como me parecía verlo por los medios.


Pero, de hachazo, una vez más, la dulce azafatita me interrumpe tan perfecto estadío.


"Señor, me informan que no han encontrado ningún maletín Nike azul con negro en la sala de embarque. En todo caso, lo único que puede hacer ahora es tomar asiento".


Cruzo el pasillo sin palabras, veo a Charly García sonriendo, y pregunto a uno de los de su staff si puedo pedirle un autógrafo. Me dice que sí, pero después, una vez arribados a la ciudad del volcán.


"Después ¿no?" pienso irónicamente. Después, de seguro, mi viejo va a mandarme a la entrezorra, cuando le cuente que una vez más me extravié a mí mismo y por ende a mi maletín, en el trance inicial de esta locura que ya es el concierto del pasajero García, aquel que en estos instantes se halla a sólo 5 asientos de separación del que les habla, en este avión que ya acaba de aterrizar.




lunes, 27 de junio de 2011

La banda sonora de mi vida

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Toda la vida he preferido participar en la experiencia del oyente, desde mi aproximación al formato del disco, del conjunto de canciones que configuraron el trabajo unitario de un artista en un tiempo determinado. Esto porque, según mi manera de apreciar la música, me ha otorgado siempre un acercamiento más completo, rico e intenso, para entender mejor el proceso del músico en cada determinada etapa. Por eso yo siempre he optado por conocer a una banda o a un solista, por sus álbumes antes que por sus canciones sueltas. Sin embargo, lo cierto es que de la misma manera que todos tenemos nuestro santo grial de discos favoritos, hay canciones, que por sí solas, poseen importancia única y singular para nosotros, pues logran capturar, en su breve duración, infinidad de sentimientos y emociones de los tiempos que nos tocó vivir, y que, irremediablemente, por más caminos que decidamos tomar en la ruta, siempre al escucharlas de nuevo, nos devolverán a esos páramos, constituyendo definitivamente la banda sonora de nuestras vidas.
Fue por eso que un día, al recalar en tamaña importancia, me animé a ir empezando a anotar, de a poquitos y según se me fueran dando las cosas, los nombre de aquellas canciones que de acuerdo a los propios aconteceres de mi trayecto, fueran guardando para mí un significado especial. Canciones claves para mí, más allá de cualquier superlativo valor musical o trascendencia en la obra de su autor o intérprete. A lo mejor, muchas veces, ni siquiera mis favoritas. Simplemente canciones, que, con increíble fuerza, aparecieran derrepente como antenas receptoras de mi corazón. Canciones que me leyeran la mente, pero también, que me la nublaran por completo. Canciones que blindaran mi alma, pero también, que me la dejaran hecha caquita. Canciones con respuestas, pero también con infinidad de cuestionamientos para que yo me desarrollase. Canciones para estar ebrio, para llorar y para hacer el sexo y también el amor. Canciones de apatía, para esconderse, de inestabilidad y también de grato protagonismo. Que sin cálculo alguno iban apareciendo, y que, cuando ingresaban sin permiso a mi interior (jalándome, al mismo tiempo, la oreja y el bobo), merecían ir siendo incluidas en las listas que mensualmente fui dejando a manera de testimonio en las hojas de distintos cuadernos.
Fue en la segunda mitad del 2009 que empecé este fascinante hábito. Como jugando, pero con la única consigna de que no fuera para nada forzado. Es decir, si en el mes de Octubre, por alguna razón, más de 20 temas caían redonditos dentro de mi banda sonora, bien facilito podía ser que para Noviembre sólo 4 ‘rolas’ se hicieran presentes. El único dictaminador para todo esto, fue, es y seguirá siendo, mi conexión emocional con la música.
Afortunadamente, hasta ahora no ha habido ningún mes en blanco. Me pregunto cómo sería.
Pero ustedes se preguntarán qué gracia tiene anotar líneas y líneas con nombre de canciones, solamente. Pues bueno, olvidé decirles que eso es sólo el primer paso de esta significativa labor de rescate en el tiempo. A lo que verdaderamente apunta este atento e incansable registro de canciones, es, lógicamente, a la grabación de discos compilatorios hechos caseramente por quien les habla, en los que finalmente quedarán registradas para la posteridad, y para mi nostálgico disfrute de oyente y ser humano (además de invalorable legado para quién desee conocer algo más de mi intimidad), toda esta infinidad de canciones maravillosas que me han marcado y las que lo seguirán haciendo a medida que mi existencia siga su curso. Por lo que espero, de todo corazón, que esta entrañable labor cese solamente cuando yo caiga finado.
Esta semana, volví después de muchísimo tiempo a recopilar en audio todas las canciones de mis listas que aún no había grabado. La verdad, había dejado de grabar mis bandas sonoras desde aquel tramo final del 2009, y ¡vaya que retomar esto ha sido una tarea colosal! Sacar las canciones de los discos a los que pertenecen, pasarlas a la computadora, volverlas a sentir nuevamente con la reminiscencia a las fechas en que hube de anotarlas, y por último -lo que constituye mi parte favorita- integrarlas en los compilados, junto a otras tantas, de acuerdo a mi gusto personal por cómo cada una interactúa en su sentimiento y estilo con las demás.
Como, más o menos, afirmaba John Cusack en el genial film High Fidelity: “Confeccionar un compilado no es cosa sencilla ni superficial. Requiere de una sensibilidad particular”.
Hasta el momento ya he pasado a la computadora 326 canciones, de las que, hasta el momento, ya logré grabar 11 compiladitos. La verdad no sé, ni me preocupa demasiado, saber a qué punto irá a llegar todo esto ¡Qué las canciones vengan nomás como los hijos!
Yo por mi parte, tan sólo tengo en mente aquel añorado día, para el que expresamente aprenderé a conducir, y en el que me embarcaré solo en mi auto, con destino desconocido, para viajar escuchando una por una, con la complicidad del silencio carretero, las infinitas canciones recopiladas que conforman la banda sonora de mi vida.

PD: Ahora me gustaría compartir con vosotros y vosotras, 3 imprescindibles, que ya están grabadas por y para siempre en el umbral de mi corazón. Permiso.

1. Andrés Soto – Tu mirada y mi voz


2. Blood, Sweat And Tears – You’ve made me so very happy


3. Intoxicados – Espero que la vida

sábado, 18 de junio de 2011

¡QUÉ CAGADA, AHORA TENGO EL PELO CORTO!

¡ Rafael Rey, me has castrado sin mi voluntad!






Hola ¿Cómo están?


Una semana más que se va. El primer ciclo del año va camino a acabarse velozmente. Y para mí, ha sido una verdadera vorágine, plagada de cambios muy fuertes y sentidos, de constantes idas y venidas que hasta ahora me hacen sentir mareo, y que muchas veces -la mayoría- no se bien a qué corresponden.


Estoy de malos ánimos, encabronado, y por eso les escribo ahora. Vaya semana. Me reencontré con sentimientos intensos que definitivamente aún reconozco en mí, mi abuelito Helard por fín tuvo -despues de tantos años de injusta lucha- el descanso merecido, y bueno, terminé una vez más sin entender el desenlace de algún hecho en particular, como el que me llevó a una maldita peluquería para que finalmente me cercenaran la melena. Así como lo oye usted, incrédulo amigo.


Pues bien, yo me había propuesto dejarme el pelo tan largo como se pudiera. Este era mi año ideal para hacerlo, por simple gusto y adhesión a la idea -que aún perdura fuertemente en mí- de que el pelo corto es feo y es para maricas. Nunca me gustó, me pareció siempre aburrido, muy normal, osea, para gente normal y aburrida. Y yo nunca quise considerarme así. Le suene estúpido o no, esa es la pura verdad en mi manera de sentir las cosas.


Lo curioso es que, siempre que -en todos estos años- me he dejado el pelo largo, siempre, un motivo aparentemente inimportante, imprevisto, e inimaginable, ha acabado cortando -valga la redundancia- ese gusto mío, y dejándome de un momento a otro, como desnudo, como traicionado, como malditamente jamás quise ni planeé llegar a estar, es decir, con el chuchesumadre pelo corto, que tanto me recuerda a la época del colegio, lapso en mi biografía que siempre deseé superar, junto a los modos y formas que, desde luego, esta etapa conllevaba.


Por eso el pelo corto me significa, aún hoy, REPRESIÓN. Herencia de una época en la que yo no podía decidir con tal eficaz premura como lo hago ahora. Herencia de una puta época en la que, de lunes a viernes, se tenía que lucir el mismo traje uniforme que centenar de individuos. Herencia de una época que, a pesar de contar con tantas indecisiones como ahora, fue en mi interior, para mí, definitivamente mucho más proclive al drama. Por eso relaciono el pelo corto con toda esa andanada de cosas que a mí se quedaron de aquella etapa de formación puber, y que por más que siga adelante en mi camino, perdurarán para siempre estampadas en mi piel, como el inolvidable aroma de la primera paja.


Yo quería ahora sí, dejarme la melena más larga que nunca antes. Podría afirmar que estaba realmente mentalizado para cumplir dicha añorada meta, la estaba cuidando bien bacán, y es más, creo que ya estaba entrando a superar el periódo amorfo de cuando el pelo aún está entre corto y largo. Mi forma de peinar ya tenía meses de costumbre establecida, y la naturalidad de este hábito, había dado lugar a que se origine, de manera permanente, una raya única que dividía muy bien el rumbo a seguir de mi cabello en la posteridad.


Como verán, está claro que para mí el pelo nunca ha sido un asunto menor. De ninguna manera. Siempre fue para mí un tema de constante fijación, investigación y, por qué no decirlo, experimentación. Estoy convencido de que existen muchísimas formas pajas de poder darle identidad a tu cabello, que sólo resignandote a quedarte con el mismo puto peinado por el resto de tu aburrida existencia. A mí, particularmente, este supremo interés por lo capilar, me viene directamente de 2 influencias muy fuertes y directas: Mi papá y el Rock And Roll.


Me explico.


Mi progenitor -lo niegue él o no, aún cuando cuestiona de sobremanera mis tan vanidosas tendencias- fue quien, en definitiva, me metió el chip de la importancia de tener el pelo bien chévere, desde mis primeros años. No es broma. Recuerdo como si fuera ayer, su inusual fascinación por meterme debajo del pilón del lavabo en las mañanas escolares, empaparme totalmente la cabecita con agua helada, y acto seguido, deleitarse buscandome el mejor peinado -entiéndase el peinado con más personalidad- que podía tener yo para destacar entre los niños de mi edad. Siempre el pelo para atrás, con una olita in crescendo a lo Presley que se erigía imponente sobre mi frente, y que, debo haber mantenido hasta los 12 años, época en que decidí -por alguna tonta razón- sublevarme de la incalculable influencia estilística que mi padre ejerció sobre mí.


El Rock And Roll me hizo amar y entender el pelo largo como sinónimo de contrariedad, de rebeldía y placer estético fuera de los cánones de una sociedad que, hasta el día de hoy en mi Arequipa Natal, permanece super atada al típico look de las nuquitas rasas -¡bien como hombre carajo!- y una leve capita, nomás, de pelambre en la parte superior. La mayoría de mis amigos y familiares -por no decir todos- obedecen hasta el día de hoy a esta constante. Estoy seguro, así mismo, que ejercer dicha determinación jamás les ha significado un eje fundamental en sus vidas.


PERO A MÍ SÍ, por eso ahora me tiene sumamente bajoneado, encabronado y estropeado (búrlense, no me importa) que sin yo haberlo solicitado, una sucia mercader del corte y la confección, se haya limpiado el "burrito" (Ariel Ortega) con mi bien intencionado plan de conservarme el pelo largo.


Era simple. Yo solamente quería que me recortara un poco de la parte de arriba para ya no tener que peinarme tanto. Me explico mejor con las imágenes :





Esta era la situación actual de mi cabellera. Como notarán, la parte de arriba estaba cayendo ya sobre mi frente, razón por la cual, acudí al centro de belleza, para que me hicieran una rebajadita, que me librara de tener que peinar dicha molestosa cantidad de pelo.





Para eso, me base en el estilo de Keith Richards. El guitarrista de los Rolling Stones solía llevar en los 70s el pelo largo, pero más recortado en la parte superior, de tal manera que no necesitaba peinarse. A eso, precisamente, es que yo le apunté a la peluquera, llevándole incluso una fotografía de Keith para guiarla.



Lamentablemente, la muy zorra me dejó así.




Como Pedro El Escamoso me dejó la dizque peluquera. Mutilando salvajemente la parte superior de mi pelaje, y tal como el "divertido"(¿?) personaje colombiano, con mis bucles de abajito intactos, pareciendo bailar alegremente una cumbia de aquel desagradable machista de mierda, que constituye el señor Lizandro Mesa.



Ustedes dirán : ¿Cómo no notaste lo que te estaba haciendo la san puta esta y piteaste rápidamente?


Bueno muchachos, para mi infortunio, me fue muy complicado adivinar cómo iba quedando el recorte, pues la tipa me tenía atados los mechones a unos ganchos. Un total y absoluto juego al azar, que me impidió saber a ciencia cierta a qué apuntaba esta mujer y sus tijeras.


30 lucas me costó la (des)gracia.



Ni más vuelvo a dicha peluquería, a la que incluso acudí acompañado y recomendado por mi madrecita. Definitivamente, ¡metiste la pata mami!



Al día siguiente de la negligencia de mierda, volví para que por lo menos la muchacha me rebajara un poco tan rochoso contraste de diferentes tamaños en un mismo corte. Fue en vano ya que la diferencia acabó siendo mínima, y es por eso, que hace unos minutos, y muy a mi pesar, decidí acabar definitivamente con esta total broma de mal gusto en que esta mounstra había covertido a mi pelo (¡¡Dios quiera que Satán le reserve un espacio en una que otra cámara de gas para que se extinga lentamente!!). Por más de que -no es necesario que se los repita- deseaba de todo corazón conservar mi cabello largo, tal como me lo propuse desde hace ya varios meses, pero, me ha sido insostenible, estos dos últimos días, dejarlo así nomás, con el aberrante estílo Pirulino (de Pedro El Escamoso) que, con mi rostro como acompañante, más parecía el de un ratero homosexual.



Acabo de trasquilar las mechas bailarinas que quedaban, y ya lo tengo todo corto.


Una cagada.



Qué más puedo agregar sobre tan fatídica experiencia.... No es la primera vez que me sucede un hecho como este, y más allá de todo mi sentimentalismo hacia el pelo, termino sacando conclusiones generales, que de veritas no me agradan para nada.


1. Mientras más pienso en algo, más fácil está de irseme de las manos así como si nada, de desaparecer completa y sorpresivamente.


y,



2. Parece ser que, quiera o no, lo haya o no decidido, el puto destino se las ingenia siempre de una u otra manera, para que nada de lo que tengo me dure por mucho tiempo.


Desde luego, esto no me gusta para nada, y me asusta un huevo. Deno dejar de darle tan fácilmente las tijeras al enemigo. Hasta la próxima, amigos.


martes, 7 de junio de 2011

PAPPO POR PARTIDA DOBLE




A mí el blues como fórmula musical primigenia, la verdad que no logra desencadenarme la fascinación que en otros sí. Muddy Waters, B.B. King, Robert Johnston... etc. Imposible sería negar el poderoso embrujo de su música, pero por alguna razón, hasta el día de hoy, no me toca al grado de descerebrarme. Sí me gusta el blues, cuando ya está transitando en un torrente mucho más rockero. Ahí si me vuelvo loquito, cuando se junta con expresiones tan fantásticas como el soul, el R&B y mi querido country. Por eso es que los Rolling Stones son mi banda favorita y gozo a morir con su distintivo sonido, y también por eso es que ese rockero argentino llamado Pappo, desde que lo escuché me pareció tan demencial.

Norberto Napolitano, (el "Carpo" para los amigos), Pappo. Un tipo poeticamente simple, rudo al palo, de fierros y asados, barrial y abrumadoramente carismático, ha sido el antihéroe más amado y fundamental en la historia del rock argentino. Un tipo viril y sincero, que tomó el blues como lenguaje y el rock and roll como la gasolina para recorrer los linderos de la vida en su moto. Su exacerbado dominio de la guitarra y la autenticidad de las historias que nos contaba en las letras de sus canciones, hicieron de él un verdadero gurú de la gente. Un sabio maestro intocable.

Pappo fue un tipo duro, porsupuesto, pero de un gigantesco corazón y una gracia singular para vivir sus días. Un tipo querido y respetado por todos, incluso por quienes no encajaban en su manera de entender el rock and roll y la vida.

Partió hace ya 6 años en su ley. Arrollado por un auto luego de perder el control de su Harley Davidson. Sin concesiones, sin medios tonos. Tal como fue su existencia, a todo máquina.

Hoy se vuelve a hablar de Pappo, ya que en la Argentina se acaban de editar dos libros, que, a su manera cada uno, buscan desentrañar la verdadera identidad de este ídolo inolvidable.

El primero es Pappo, el hombre suburbano, de la autoría del renombrado periodista Sergio Marchi, quien ya antes había publicado también su propia biografía de Charly García. En un sentido cronológico y bastante didáctico, Marchi reune testimonios de una larga cantidad de gente cercana al rockero para reconstruir su historia. Como el mismo Marchi reconoce : "Pappo era un músico muy clásico, agarrás el disco más sucio de Riff (la banda de Pappo en los ochentas) y entendés cada nota de él. Yo pretendía que el libro fuera así, no quería que fuera un análisis muy profundo, sino contar la historia lo más simple posible."

La segunda publicación está hecha a dos manos, por José Bellas y Fernando García, y tiene como título 100 veces Pappo. A diferencia del libro antes mencionado, este basa su originalidad en el hecho de que no existe un estricto orden narrativo, todo lo contrario, acá encontramos a borbotones infinidad de anécdotas con Pappo, que los mismos protagonistas se animan a contar para esta dupla de escritores."Las íbamos juntando tal cual los entrevistados las recuerdan, tal cual las dicen. Para nosotros era importante rescatar eso de la primera toma. Si un tipo lo contaba de una manera, para nosotros ésa era la verdad." Historias harto conocidas para algunos, como la de Luis Alberto Spinetta, que en un gesto de cariño le obsequió al "Carpo" la guitarra con la que había compuesto sus primeras canciones con Almendra.

(“Me fui a Europa, el 10 de marzo, cumpleaños de mi hermana…y le regalé a Pappo mi guitarra Dow, un modelo de Gibson que no baja de los 750 dólares sin estuche. Y se la regalé, la guitarra con la que compuse las canciones más hermosas que hice para Almendra. Para mí era una forma de mostrarle a Pappo que no existían solamente las guitarras con el volumen al mango. Que así como él me había inculcado algo de esa fuerza del rock pesado, y la mano, copar y todo eso, por otro lado yo trataba de demostrarle que existía una fuente de ternura que él no podía ignorar. Fue como decirle: mirá, tomá, no te desprendas jamás de esto, para no traicionarme en tu vida, para darme tu fe, aunque no tocáramos nunca juntos, aunque jamás nos viéramos, pero como un acto de fe, una esperanza…¿Y sabés que me fui a Europa y dos días después se la ofreció a Litto Nebbia por 160 lucas?" )

Y también otras menos conocidas, pero igual de interesantes (por no decir, insólitas) como cuando Pappo fue a la casa de La Mona Jiménez ( popular cantante gaucho del género llamado 'Cuarteto') y decidió -luego de haber escuchado ciertos rumores- apostarle 100 dolares, asegurando que el tenía la pija más grande.

Como ven, se trata de dos publicaciones excelentes, que, con justicia, rinden honor a aquel blusero que sí me encanta.

Como bonus tracks, los dejo con 3 videitos sumamente interesantes :

1. B.B. King hablando sobre Pappo



2. Sergio Marchi, siendo entrevistado por el portal argentino rock.com.ar sobre su libro acerca de Pappo



3. Pappo y su clásico "Las vías del Ferrocarril" en Rock Hasta Que Se Ponga El Sol en 1973




Hasta mañana.

miércoles, 30 de marzo de 2011

350 departamento 202

Esta es la última vez que voy a escribir sobre esto.









Ya está. Ya se hizo. Estoy fuera del lugar. Lejos y desolado, vacío ha quedado a más o menos 5 cuadras el reducto al cual aprendí a sentir como mi hogar los últimos 5 años. En mi corazón estás Calle Roma 350 Dpto 202. Extraño tu encantadora pequeñez, tus poquititos escalones para llegar a esa puerta de madera a la cual yo ingresé por primera vez aquel marzo lejano del 2006, sin siquiera imaginarme todo el vendaval de vivencias que entre esas cálidas paredes color crema se irían a dar. No es broma, yo me hice hombre (o al menos hice el gran intento) al interior de ese edificio, dentro del apartamento que la señora Rossi amablemente nos alquiló. Gran persona ella, y aunque jamás llegamos a establecer lazos demasiado estrechos, siento que voy a echarla de menos junto a su familia, y a todos los demás inquilinos y vecinos del edificio. Todos buena onda, y siempre con una sonrisa a la hora del saludo. Estoy seguro que pasará mucho tiempo para volver a aparecerme, caminando ya sin ningun vínculo directo, por esos derredores que, por no estar muy lejos del apartamento que ahora ocupamos, por eso es que quizás los siento tan infinítamente extraviados de mí de ahora en adelante.


Si pienso en la imágen de lo que actualmente es ya el 202, todo deshabitado pero con las intangibles huellas en la pared de aquellos posters, cuadros o dibujos que tanta vida y color nos regalaron en todos estos años de feliz (sí, ¡feliz!) convivencia, pues me provoca ponerme a llorar porque instantáneamente esa aparición mental en mi cabeza, es sentida por mi alma como una suerte de llamado.


La casa llamándome , reclamándome. Mi -ahora- antiguo cuarto dejándose escuchar, el bañito, con sus bellas mayolicas todas antiguas y celestes, el taller que más que taller nos sirvió todo el tiempo de depósito o almacén de tremenda cantidad de pinturas, dibujos y cachivaches de todo tipo; La cocina -en la que Silvia perfeccionó a grados magistrales su exquisita manera de hacer las milanesas- que puedo asegurar en un inicio todos la hallabamos hermosa, y hoy escucho a mis padres criticar, y hallarle defectos que hasta hace algunos meses nignuno parecía si quiera encontrar. "Que era muy chiquita y oscura". ¡Pues me afecta ese maldito desprecio a lo que ya nos es viejo! Me parece -así sea referido a una cosa material- de lo más ingrato.


La casa llamándome, el balcón, donde hube de pasar tantas tardes inolvidables y reveladoras aquellos primeros meses. El largo, larguísimo pasillo que sabiamente supo preservar y resguardar nuestra privacidad en todo momento, especialmente, cuando algún inesperado caía de visita y uno de nosotros no tenía ganas de dar la cara. Y recuerdo especialmente el fondo de dicho pasillo, con nuestros autorretratos de primerizos años de aprendizaje pictórico en la universidad. Siempre lo tendré presente en el túnel de mi memoria. Porque eso es lo que fue en el más real sentido de la palabra aquella hermosa vivienda. El cobijo de dos hermanos estudiantes de Arte, en cuyo calor de hogar ambos fueron aprendiendo con intensidad todas las cosas que la vida temprana tenía por ofrecerles. En el 202, mi hermana y yo aprendimos sobre todo a descubrir el amor lejos de casa (Arequipa). Y fue maravilloso haberlo hecho simultáneamente y juntos, en una casa en la que tuvimos toda la libertad del mundo para dotarla con lo más genunio de nuestras personalidades. Por eso lo llegamos a querer tanto a ese departamentito.


Centenar de historias de todo tipo que junto a mi querida María José protagonizamos en el 202. Unión. Amistad. Fraternidad. Peleas. Días buenos. Días de mierda. Dolor. Incomprensión. Ira. Éxitos. Elocuencia. Silencio. Comodidad. Inconformidad. Problemas. Angustia. Y sobre todo, muchas, muchas, muchas risas, entre nosotros dos solos y junto a toda la gente que alguna vez pudo ingresar al núcleo de nuestro día a día, el pozo de nuestros más atesorados secretos y punto de inicio a nuestra diaria rutina de salir al mundo en esta complicada ciudad que, sin embargo, tanto nos ha otorgado.


Seguramente, aquellos que siguen junto a nosotros y supieron gozar de la calidez de la vieja casa, cuando conozcan este nuevo sitio de la calle Porras Osores (hasta el nombre me parece muy frío en comparación al de mi Roma amada) echarán de menos aquel sitio tan ideal y mágicamente perfecto. Tan grato para estar.


Fue el sitio ideal, y repito, cada vez que se me vuelve a la cabeza la última imágen de la mudanza en que hube de abandonar el viejo depa y observarlo resignado a su suerte, todo calatito y ya sin ningun puto accesorio, decoración o elemento, tan sólo un desnudo vestigio de todo el amor que supimos construir ahí en los últimos años... pues, siento sinceramente que no se trata tan sólo de un lugar que dejamos, sino de un amigo, de un gran amigo que ya cumplió su puto ciclo y piña pue, ya no nos sirve más.


Me da pena, nostalgia y añoranza por lo que se deja y jamás se retorna. Por las palabras, acciones y sensaciones que en la vida de uno ya están predestinadas a suceder exclusivamente en un determinado lugar y tiempo al cual ya nunca jamás se va a volver, y por ende, también aparece en mí una melancolía, por el hecho de afrontar que jamás se va a volver a vivir de la misma manera los nuevos sucesos que nos depara el misterioso destino.


Pues sí, sé que sueno horriblemente redundante, pero es que aún ni esa lógica tan obvia me sirve como racional consuelo.


Honestamente siento que he dejado una gran parte de mí, en aquel departamento tan querido, que jamás podré reencontrar. Esto me genera todo un dilema, teniendo en cuenta de que siempre he tendido obsesivamente (y en vano) a intentar juntar y recapitular todas las facetas y partes de mí mismo con el propósito de entenderme. Además, porque me agobia sentir que todas esas partes mías siempre estan tan dispersas. Por eso me afecta dicho 'cerrar etapas' que hoy se ha dado con el adios a un lugar bajo cuyo techo se sucitaron tantos momentos entrañables y fundamentales. Por eso.


No quiero seguir pensando en el 202 del 350 de Roma, porque cada vez que lo he hecho este día se me han venido los flashbacks de un trozo de juventud que ya voló. Para mi suerte, viejo todavía no soy, pero, hechos como este de la mudanza, me generan hoy una ruptura que no me resulta nada fácil. Como tampoco me es nada fácil crecer.


No voy a volver a pasar por la calle Roma hasta que esta sentida nostalgia se me haga por lo menos un poquito más digerible. ¡Qué lindos tiempos pasamos ahí carajo!. Hoy lo único que espero se mantenga en mi nuevo paradero, es la pintura del viejito vendedor de caramelos que fue -sin lugar a dudas- el emblema y espíritu mural de aquel magnífico periódo. Por lo menos mientras siga viviendo en Lima, quiero que el abuelito de los caramelos me acompañe y se mantenga imponente y erguido en la sala del lugar donde yo vaya ¡No puede ser de otra manera, pues!


Miles de miles de recuerdos que -rogando a Dios mi buena memoria jamás merme- pese a que ya no puedo volver a vivirlos, grabadísimos quedarán por siempre en mi cabeza y mi corazón.


¡Qué lindos y definitivos tiempos pasamos ahí carajo! No me alcanzarían las palabras, Romita linda 350 Departamento 202, para acabar de explicar en su total profundidad todo lo que para mí significas.


Ahora sólo me queda intentar darle una chance a este nuevo hogar, que pese a toda la apatía que hoy sinceramente me produce (reitero, ¡ni en el nombre de las calles hay punto de comparación!), ha sido fruto del esfuerzo de mis padres en su búsqueda por mejores posibilidades para nuestra familia.


El nuevo lugar está lindo, en serio, pero... HAY COSAS DEL CORAZÓN QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE.


Tengo tiempo. Para aprender a hallarme en mi nuevo reducto y quererlo, o en caso contrario, sumirme en la más absoluta e irreparable depresión de índole personal al no sentirme adaptado en un habitat demasiado pudiente para mi gusto (lo cual, de seguro sería considerado por todo el país como una tamaña frivolidad, o mejor dicho, como una cachetada a la pobreza).


Mejor todo se lo voy a dejar al Taita, nomás.


Me he ido para no volver. Y lo peor es que no estaremos tan lejos, cojuda.


Cuídate casa querida. No me cabe duda que también serás el lugar ideal y perfecto para albergar las ilusiones y alimentar los sueños de tus futuros inquilinos. No me cabe duda que tus habitaciones y pasadizos volverán a rebozar de vitalidad algún nuevo día. Me marcaste (junto a mi hermana) como no tienes idea. Ojalá permanezcas en pie por largos años más, y si algún día logro reunir buena platita, quién sabe, te doy la sorpresa, reconquistándote, y adquiriéndote para vivir ahí junto con mis calatos.




Te amaré por siempre mi casita de Calle Roma 350-202.




¡CHAU!


jueves, 3 de febrero de 2011

SELECCIÓN PERUANA DE ROCK AND ROLL

Mi equipo de todos : Parados (de izq. a der.) Pablo Luna (Los York's), Juan Luis Pereira (El Polen), Daniel F (Leusemia), Piero Bustos (Del Pueblo y Del Barrio), Miki Gonzalez. Sentados (de izq. a der.) Raul Romero (Los Nosequien y Los Nosecuantos), Jean Paul "El Troglodita", Pelo Madueño (Narcosis), Cachuca (Los Mojarras), Rafo Ráez, Rafo Komodo


¿Qué constituye la obra en el rock? Definitivamente los discos. Los sencillos (los éxitos radiales) venden y dan plata al artista, pero no necesariamente aseguran la consagración de una carrera ni el vuelo artístico de una propuesta. En el Perú, con nuestro rock hecho en casa, casi siempre se ha pasado por alto esta consideración. Muchas bandas fantásticas y solistas capísimos, han quedado en el olvido y generalmente sin ser conocidos (más que por sus madres) debido al maldito desinterés, el mal manejo o la escasa responsabilidad a la hora de labrar una discografía. Y así mismo, muchas de las más renombradas leyendas de nuestro rocanrol, nos han dejado condenados a deleitarnos de por vida con lo poco que produjeron, haciendo que en nuestro silencio más lastimero pensemos quizás “¡Caray, que rico hubiera sido escuchar más de esto!”.
Teniendo en cuenta (o no) esta consideración personal que yo les pongo sobre la mesa, igual creo que van a poder disfrutar, mis queridos lectores, con esta Selección Peruana de Rock and Roll que con mucho cariño he confeccionado para ustedes. 11 discos esenciales que integran mi equipo ideal de rock and roll peruano. 11 discos que, por donde se les oiga, transpiran al 100% su rockero corazón cholo.
Ah sí, y no se vayan a extrañar si es que en esta selección brillan por su ausencia algunas vacas sagradas (Los Saicos, Traffic Sound, Frágil, etc.). Mi recuento está basado en la magia de ciertos discos y no en el impacto crucial de nuestros más grandes nombres. Todo lo aquí escrito corresponde a mi gusto personal, aunque…… claro está… Tiene algo de verdad.

¡Sin más preámbulos, con ustedes la oncena titular que ya salió a la cancha! :

1. Los York’s – Ritmo Y Sentimiento (1969)

El rock de garaje en el Perú tuvo en Los York’s a su exponente más sólido. Y Los York’s alcanzan su grado más ecléctico y diverso -sin renunciar a su conocida postura salvaje- en este Ritmo Y Sentimiento. La inolvidable voz de Pablo Luna y los despiadados riffs de Román Palacios nunca sonaron con tanta emoción.

2. Jean Paul “El Troglodita” – Vudú (1972)

Enrique Roberto Tellería o Jean Paul “El Troglodita” fue y será para siempre el loco más loco de nuestro rock. Un adelantado para su época que usaba mostacho de charro y lucía modernos ternos de leopardo. Vudú fue el más imperecedero legado que pudo habernos dejado. Rock ácido recontra hippie, con su cautivante voz de gatito extraviado y arreglos musicales de gran factura (cortesía de los hermanos Cornejo de We All Together) que en no pocos momentos llegan a alcanzar cimas de esplendor jazzero. Sin duda, un testimonio en frac de lo que fue el flower power lorcho. Destaca el gran final con la canción “Pórtense bien”, cuya letra -según declaraciones del propio Jean Paul- fue un espontáneo encuentro con la poesía que llevaba adentro.


3. El Polen – Fuera De La Ciudad (1973)

La hermandad de Juan Luis y Raúl Pereyra dio origen a la que en su momento fue la primera agrupación en América del Sur en combinar el folklore de este lado del mundo con elementos propios del rock and roll. Bandas como Los Jaivas de Chile o Arco Iris de Argentina los reconocen hasta el día de hoy como influencias centrales en su desarrollo. Fuera De La Ciudad posee, tal como lo dice su nombre, todo el sentir de una música periférica, que opta por establecer sus raíces en tierras tranquilas donde, sin embargo, hay mucho por contarse todavía. Este disco supuso una vanguardia en todo el sentido de la palabra, y para quienes lo oímos, un encuentro mágico con los ritos y fiestas de nuestra serranía.

4. Leusemia – Leusemia (1985)

Por más de que Daniel F. siempre haya renegado de lo apurado que fue este debut leusemico (grabado aún en la época del vinilo) y que haga énfasis en que las 12 canciones ahí registradas no dan muestra fiel del verdadero potencial de la primera formación de la banda, yo sigo pensando que es un debut inmejorable, hecho a la medida de la situación, en el que las carencias técnicas de la época, el apego a un rock peleón y la gracia del todopoderoso, hicieron de las suyas para lograr un resultado tan deliciosamente astalculo como este. No importa si es punk rock o rock and roll a secas ¡Sigue siendo algo pa`l colesterol!

5. Narcosis – Primera Dosis (1985)

En este caso si no hay discusión. El único disco de Narcosis - y no temo a equivocarme- debería ser uno de los álbumes punk más ingeniosos y revolucionarios de la historia del mundo ¡Es que es una obra maestra de su género! Y no exagero. Tiene la dosis perfecta de crudeza pura y todo lo bueno, lo malo y lo feo que pudo haber definido a la -en ese entonces incipiente- movida subterránea. Que me disculpen Pelo Madueño y Wicho García, pero después de esto ya debieron haberse dedicado nomás a formar una familia estable y a apostar al ganagol los domingos. Para qué mas, digo yo.


6. Miki González – Puedes Ser Tú (1986)

La aparición de Miki González a finales de los ochentas fue más que revitalizante. Este disco fue su mejor carta de presentación. Si para Bob Marley su eje era Kingston, para este hispano-peruano lo fue El Carmen. Puedes Ser Tú encarna a más no poder la angustia provocada en los jóvenes de la capital a causa del caos político imperante y la riquichichíchima aparición de la pasta básica. Un álbum tremendamente innovador para lo que se venía haciendo por aquel entonces en estos lares. Fue grabado en Argentina con la colaboración de Andres Calamaro y Charly García.

7. Los Mojarras – Ópera Salvaje Para Tribus Urbanas (1995)

Hernán Condori “Cachuca” y los suyos, fueron a inicios de los noventas la voz que más supo representar al provinciano que se fue a Lima para hacerla en grande. El nada modesto nombre de la placa no está por las puras, le calza perfectamente a la música que hay dentro y le rinde honores a los orígenes de la banda. Un disco inigualable de una agrupación irrepetible. Jolgorio, drama y cojones: el menú diario del nuevo peruano. Que no te maree el término ‘fusión’, aquí está la chicha rock en su punto más alto y disfrutable.


8. Los Nosequién Y Los Nosecuantos – Walter (1996)

Originalidad musical hasta los huesos es lo que presenta Walter, la placa más fina y madura de los Nosequién. Relatos cáusticos -y sumamente divertidos- sobre el amor y los problemas de vivir en la ciudad. Un disco que te envuelve de inmediato con su gracia, sabiendo corresponder muy bien al chacotero que todos llevamos dentro. Altamente recomendable….. en especial ahora, que a nuestros rockers tanta falta les hace una pizquita de choncholí.


9. Rafo Ráez – Suicida De 16 Y Otras Canciones (1996)

Hablar de Rafo Ráez es para mí, hablar del más prolífico e incansable cantautor del rock nuestro. Un músico inteligente y amplio, humilde y camaleónico. Su primera aparición dejó en claro que no estábamos ante uno más de la tradición y da por sentadas las bases de un artista con espíritu independiente, de grito inalcanzable y corazón accesible. Todos los discos del Ráez tienen mucho que decir, pero si recién empiezas a escucharlo, será Suicida el que mejor te abra las puertas de su extraña y bella naturaleza.


10. Manganzoides – Dosis Completa (1998 y 1999)

Ideal compilatorio que reúne los dos primeros trabajos de estos genuinos herederos de Los Saicos, Los Shain’s y Los York’s. Una bestialidad arrolladora que supo dejar su huella sin abandonar su misterio.


11. Del Pueblo Y Del Barrio – Matute FM. (2000)

Piero Bustos, líder de Del Pueblo Y Del Barrio, nunca escatimó en la ambiciosidad de sus proyectos. Afortunadamente, pues es gracias a esa fe ciega en sus locas ideas que pudo hacer posible una obra de la talla de este Matute Fm
. Un disco conceptual basado en la idea de una radioemisora que transmite desde el corazón de La Victoria. Con sus propias propagandas, locutores e historias hechas canción acerca la vida en la ciudad. Una joya imprescindible.
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¿Cómo conseguirlos?
Salvo unos cuantos, muy pocos de los discos que componen esta Selección Peruana de Rock and Roll se hallan disponibles en las tiendas de música. Por lo menos en las llamadas “oficiales”. Es por eso que nunca está de más darse una vueltita y consultar con el casero que guarda las joyitas en el algún puesto de mercado, o acudir desde la comodidad del hogar, al encuentro de ellas por medio de algún buscador virtual como Taringa, Torrent, o blogs de descarga dedicados al género. Ahí sí no hay pierde.

sábado, 15 de enero de 2011

3x3

no es nueve.



1x1

Acabo de volver de caminar hasta el centro. Fui a buscar un bastidor medio amplio, donde poder empezar la primera pintura que quiero hacer este verano. No se trata, sin embargo, de una obra de esas que se anhelan locamente y con ilusión durante mucho tiempo. No. La pintura cuyo bastidor fui a comprar, será un bonito florero que luego intentaré ofrecer a las amigas pitucas de mi madre, con el único fin de sacar un buen dinerito.

Pintar flores, desde luego, no es el tema que más me entusiasme, pero, al haber destinado la mitad de mis obras veraniegas a meros fines lucrativos, pues, tampoco es que me produzca un tedio insufrible. Hace años que no hago un estudio al natural en pintura, veremos pues qué tal sale.

1x2

El día lunes caí sorpresivamente ebrio hasta horas muy entradas del nuevo martes. Fue una experiencia grata en el esplendor del momento. Compartí la mesa, los vasos de ron, y una larguísima caminata de amanecida, con gente muy bacán, con la que sin embargo no había tenido anteriormente la oportunidad de salir tan de parranda. Lógicamente, mi conexión con ellos y ellas no fue instantánea. Me siento siempre descomputado y alguito tenso al ingresar en las fauces de un nuevo grupo (mucho más aún, cuando al darles el alcance, ellos ya llevan buen rato reunidos). La comodidad -estando sobrio- con nueva gente, muy rara vez me es simple. Requiero de aceptar el paso de los minutos y que me entregue sin reservas a la dulce hipnósis del trago. Siempre me he preguntado si los demás también sentiran conmigo ese inquieto cable pelado. Igual, nunca me he atrevido a preguntárselos.

1x3

Mi tío Miki hace las de mamá ayer, y es quien me despierta a hora prudente en el prólogo de mi día. Le abro la puerta de mi cuarto sintiendo un grave dolor de garganta. Ardor, mejor dicho. El motivo de su presencia en mi inexorable domo es, que pensó que ya era hora de arreglar aquel viejo tocadiscos que hace algunos años me obsequió, y que yo jamás tuve la predisposición de llevarlo a reparar para que funcione. La verdad pues, es que si no era mi tío Miki ... ahorita el aparatito seguiría siendo soporte del bulto de revistas y papeles cojudos que, por alguna razón, mantengo aún en un viejo mueble de mi cuarto arequipeño. Le entrego el objeto, agradecido, y pienso en silencio de que ha sido una bonita e inesperada manera de comenzar el día.

Me baño, almuerzo un rico plato de la inspiración de doña Flora, y algo adormecido permanezco por unos minutos más viendo un nuevo capítulo de la ya fenecida y antiquísima serie "Detrás del Crímen" (sí, con la conducción del multifacético coronel Benedicto Jiménez). Retorno a mi cuarto para dibujar o intentar componer algo con la guitarra, y de pronto suena el teléfono. Es el tío Miki para avisarme que ya está reparado el tocadiscos, que le han puesto la aguja que le faltaba, y que en 10 minutos viene por mí para recojerlo. Por lo visto, había sido bien rápida la cosa.

2x1

Llego al centro, un poco más agitado de lo normal. Me cuesta un poco respirar y tengo la sensación de estar siendo observado por alguien. Ideas mías, nada más, aunque igual no puedo dejar de sentir mi figura entre tantas figuras desconocidas, como la de un extranjero. En la tienda de arte -presumiblemente una de las 2 únicas con que cuenta Arequipa- la dama que atiende me indica que por el momento sólo cuenta con bastidores pequeñitos. ¡Ah sí! También los putos acrílicos disponibles en su vitrina, son como para que los use un liliputiense. Por las huevas me vine al centro, si no hay lo que pido, mejor prefiero no comprar nada.

2x2

Las charlas del lunes en "La Oficina" giraron en torno a conflictos de índole sexual y social. De por sí, uno es ya demasiado parlanchín cuando está en el fondo de la marea alcohólica. Habla, grita, se para, y entra a detallar viejas historias con inestables fonomímicas. Se va al baño y se le habla al sanitario como a un amigo más. Se retorna a la mesa y se continua conversando. Lejos quedó el impreciso inicio de toda la contienda. Ya nada atenta contra la alta fidelidad de mi eficiente reproductor de sonido, cuando estoy y están todos a mi alrededor, empapados del etíl. ¡Da placer el alcohol, qué vamos a hacer! Y por más de que -a lo mejor- siempre resulte inevitable al día siguiente... Creo que está de más buscarle demasiada hilación a lo que uno siente al moverse en 2 estados totalmente diferentes, como son la sobriedad y la borrachera. No puedo contra la química de mi cuerpo, y por las puras voy a torturarme cuando ya todo haya pasado, con las habituales preguntas que, en mi papel de borracho incurable, hasta el día de hoy continuo haciendome. ¿Vale la pena filosofar la borrachera, tras la borrachera en sí? Pucha, no sé, a mí -por lo visto- eso sólo termina haciendome sentir como mi propio cardenal Cipriani (muerte a ese hijo de puta), buscando todo tipo de anomalías en mi personalidad, para horrorizarme y luego flagelarme.

2x3

El maestro dejó el tocadiscos funcionando de puta madre, ahora mi tío Miki quería saber donde podíamos comprar algún LP para probarlo. El maestro menciona un lugar llamado "La Muela", que queda por la avenida Goyeneche y no es más que una hilera de negocios de libros, radiolas, y todo tipo de artefactos en desuso, cuyo curioso nombre esta justificado por los colindantes consultorios odontológicos que se encuentran en la misma cuadra. Ahí encontramos, en el primer puesto que nos da la bienvenida a "La Muela", una gran ruma de percudidos vinílos que, cual muertos anónimos en una fosa común, esperan -quién sabe- amontonados la llegada de un deudo que reconozca con gratitud lo buenos que fueron mientras gozaron de vigencia. Mi tío se sorprende. Él, sin duda, conoce mejor que yo el uso de estos discos, y puedo notar, mientras seleccionamos juntos los ejemplares que nos llevaríamos a casa, cierto regreso en sus ojos por un pasado que supo disfrutar mucho.

3x1

Harto ya de caminar y en vano entrar a tiendas, hago de cuenta que me dejo convencer casualmente por un letrero que anuncia cervezas en el Ad Libitum. Estaba escrito en inglés y no podía ser más alentador : "Cold beer S/7.oo".

Siendo casi las 5 de la tarde, estaba yo en un bar vacío y sin música, observando a través del gran ventanal que daba a mi mesa, a los carros y la gente que por la calle transitaban. Desde luego, todo tenía una matíz sombrío. El vacío y el silencio del recinto, el gran vidrio sucio del ventanal, y el administrador, que parecía estar resignado a ahuesarse sin saber muy bien qué diablos hacer apoyado en la gran barra del antro. Bueno, me trajo la chela y le agradecí porque en verdad estaba bien cold. Y así estuve bebiéndola de a pocos, para demorar en algo el tiempo de regreso a mi casa. Observando hermosas jóvenes turistas que se lucían del brazo de algún hippie madeinperu poco amante de las duchas. Pensando en tonterías. Haciéndome el interesante con mi chopp y mi mirada de forastero. En eso, el administrador decide prender la música. Agradezco -desde mi interior- el gesto, ya que me estaba siendo inconcebible estar en un bar sin la compañía de algún tema de fondo. El tío la achunta y ¡vaya de que manera! Empieza a sonar el Unplugged de Rod Stewart con "Maggie May", y yo me pongo feliz. Siento que el tipo del Ad Libitum ha perpetrado mi alma, sabiendo que con la inconfundible voz del viejo Rod me regalaría un buen momento. Ahora sí me olvido de las escenas de la calle y empiezo a gozarme solamente a mí. Continúa la música con "Hot Legs" y se desata la jarana en toda mi extensión. Disfruto hasta la última gota y me siento como un parroquiano de toda la vida en esta taberna, que ya en mi imaginación (debido pues a la música) no queda más en la calle San Francisco de Arequipa, sino, en algún sótano de la lejana ciudad de Glasgow. Sigue "Hot Legs", y cuando me aproximo para pagarle al viejo hermoso, 'ta que me da un horrible calambre en la pierna. Murió la canción, ¡Chau cold beer! ¡Chau Hot Legs!

3x2

Antes de dormirme, y ya un poquito recuperado de mi total estado de aparcamiento por la trusca ronera, enciendo la tele para ver alguna peli que -si es posible- logre sacarme del aturdimiento de pensar tanto en los huevos del chancho volador. Encuentro , recién empezando, una bien bacán con Will Smith y su hijito, de la que mi amigo Andruko me había hablado alguna vez, camino a un Año Nuevo en Camaná. Su nombre era " The Pursuit Of Happyness" (así con 'y'), y trata de un hombre que se encuentra en un momento crucial de su vida, pues su economía empieza a caer de manera estrepitosa. Esto, poco a poco empieza a provocar estragos en su vida familiar, y es así que un día su esposa le anuncia que se larga del hogar, pues está ya harta que el cabrón no logre hacer nada para mejorar las cosas. El tipo, aunque triste y viendo que no hay nada que pueda hacer para evitar la partida de su ñori, acepta dicha decisión, pero pidiéndole como única condición a la flaca, que no se lleve al pequeño hijo de ambos. Así pues, él logra quedarse con la guagüita, a pesar, de que el verdadero infierno que acabaría por llevarlos a la más inimaginable pobreza, recién comenzaría. Sin embargo, Cris Gardner (el nombre del protagonista) tiene el espíritu más peleón y persistente de la humanidad, y hace tripas corazón para no perder la calma cuando la adversidad ya es asesina. Decide jugarse la última carta que le queda y empieza a prepararse -en medio de todo el caos de su vida diaria- para rendir un exámen que, si es que lo aprueba, terminará abriendole las puertas del gran mundo empresarial, y, logicamente, cambiando por completo el rumbo de su destino.

La historia que, vale remarcar, es un caso de la vida real, logró engancharme de una manera muy fuerte por la valentía para afrontar los problemas, no ahogarse en ellos, y buscar a como dé lugar en el infortunio aquel destino que creemos de nuestro merecimiento, que derrocha Cris Gardner. Así mismo me impresionó ver cómo el puto, ya a punto de perder la cordura, no perdía de ninguna manera la sensibilidad y el tacto para seguir tratando a su hijo como un niño. Se esforzaba por no descargárselas con el chiquitín, sino más bien, tomar la inocencia de sus preguntitas infantiles como la mejor medicina a tanto esfuerzo y presión de su desdichada realidad.

Me hizo pensar mucho en lo valioso que es no rehuir a una situación. Es decir, no darle cuchumil vueltas al llanto por la miseria, sino, respirar un poco, lavarte la carita con agua bien helada, y de inmediato, empezar a actuar para invertir tan mala racha. Al final, Cris Gardner obtiene la máxima puntuación del exámen y es elegido para quedarse con el empleo. Hoy en día comanda todo un imperio de los bussiness en Norteamérica. Y yo, pude dormirme, tras conocer su historia, con una grata e inspiradora sensación de chocolate caliente en el alma.

3x3

15 son los LP's que mi tío Miki tuvo la amabilidad de regalarme. Estaban a 2 luquitas cada uno, así que no desaproveché. Verdaderos hallazgos los que encontramos en "La Muela". Un compiladaso de Bread, el Rock Of The Westies de Elton John, Bajo Las Sabanas de un Jimmy Santy ochentero y sumamente fascinante, la parte primera del Maestra Vida de Rubén Blades, Lord Sutch y sus heavy amigos, Esther Phillips, una desconocida agrupación mapocha medio new wave llamada Valija Diplomática, Barry White, uno en vivo del ex-Moot And The Hoople Ian Hunter, el primero de We All Together... entre otros. Le agradecí de sobremanera a mi queridísimo tío por tanto día de ofrendas. Caminamos de vuelta a la playa de estacionamiento y me evocó viejas lunas al contarme de lo "pendejitas" que eran en sus épocas, las niñas del Centro Educativo Chaves de La Rosa. Con gran paciencia y entusiasmo, supo enseñarme -ya de vueltita en mi cueva- el modus operandi del tocadiscos, procurando no dejar en el aire ningún detalle que pudiera estropear el ideal funcionamiento de mi nuevo juguete musical. ¡Un grande de grandes mi tío Miguel Del Carpio Härter! Y más tarde, hube de quedar catatónico cuando la aguja hizo girar el lado B del disco Bajo Las Sabanas de Jimmy Santy. Ni se imaginan, muchachos, de la delicia que les hablo. Ya habrá oportunidad de oírlo juntos.

domingo, 2 de enero de 2011

CANCIÓN : VOLAR Y NAUFRAGAR


¿Cómo están? Acaba comenzar el 2011. Hoy es el segundo día, y bueno, les deseo lo mejor sinceramente, lo mejor para que cachen como puercos endemoniados y manden al coño a todo aquello que los hace sentirse menos cómodos en este mundo.
Bueno, en la víspera del nuevo año, andaba medio encabronado con un ser al cual quiero mucho. En verdad fue un poco triste porque estuve encabronado con 3 seres a los cuales quiero mucho ( Ya solucionés las cosas con 2, excepto con 1) y no encontré mejor manera para zafarme de toda esa nébula de malestar, que sentarme en mi cama a tocar la guitarra y buscar si acaso salía algunas notitas simpáticas. Estoy medio molesto también porque en lo que va de mi llegada a Arequipa he subido 3 putos kilos de peso. Yo peso 60 kilos clavados, y puta... horas antes del día 1 de este año, sentí jodidamente que mi barriga estaba estorbando. Fue un malestar silencioso, pero precisamente por eso, por ser silencioso, es que lo detesté tanto. No me gusta hacer deportes pero tampoco me gusta engordar. Han sido los días de tragoneo y tragoneo que me han traído abajo. Soy vanidoso, ¡qué puedo hacer!. Mi amigo Sebastián ( que últimamente esta haciendo ya casa de psicoanalista conmigo) dice que esta fijación esta basada en que .... en fín. Bueno señores, el hecho es de que esta simpática composición me trajo una mejora anímica, que por lo menos hasta el día de hoy esta surtiendo efecto. Es de las canciones más "raras", por así decirlo, que he compuesto, porque no cumple la habitual tradición mía de hablar en primera persona sobre temas absolutamente reales, sino más bien... esta es sencillamente un devaneo, que en el momento salió, supongo tal vez, por las pocas ganas que tenía yo, de verme en mi realidad, medio aturdido por la llegada del nuevo año, y por los conflictos con seres queridos que ya comenté. Digamos que es un escape literario y hasta físico. Digamos que contrarrestó, pero a la larga, significó una buena fortuna, pues la verdad que he tenido uno de los añonuevos más bonitos, pacíficos e introspectivos de los últimos ¿23 años?

Pues bien, mis camaradas, aquí les dejo este nuevo tema, el primero del año que arribó, y según apunto a creer, un talismán de buena fortuna para lo que resta de estos 363 días.



VOLAR Y NAUFRAGAR



Una vez volé
hacia un mundo que jamás imaginé.
Todo era al morir
la mejor satisfacción de existir.
Y con ellos la fiesta
...no tenía principio
ni mucho menos fín.

Daba gusto andar
pues no habían razones para pelear.
Y ni al morir
se acababan las ganitas de reir.
Fui con ellos conciente
e inconciente a la vez.

Hay muchas formulas para vivir y sonreir
no dejes que maten tu inquietud.
Y si decides que mejor es naufragar
no habrá nadie que te lo pueda negar.