Para hacerlo remecer.
La reciente llegada de Iron Maiden a nuestro país para ofrecer un único concierto en el coloso del Jose Díaz, es sin duda uno de los sucesos musicales y culturales más importantes en toda la historia de esta república. Lo demostró la inmensa horda de fanáticos, que todas partes del país llegaron en manada para hacerse presentes, incluso acampando con dos dias de anticipación en las afueras del estadio. El grado de identificación fue masivo y sorprendente, para aquellos que no tienen la menor idea del grado de frenesí y conexión que el rock and roll puede generar, incluso en países como el nuestro, tan reacios al culto de algo ( más aún cuando es foráneo). Yo verdaderamente no soy hincha de los Maiden, pero sí me lleno de emoción el ver a todo un pueblo de compatriotas vestidos de negro vibrando como debe ser con el rock duro de esta alucinante e imprescindible formación británica.
Larga vida al rock and roll, hermanos. Y .... generemos también nuestros propios Iron Maidens.
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