NADA DEMASIADO EN SERIO

Hola. Ya estamos culminando ya la primera quincena de enero. El tiempo pasa rápido y esta rico descansar, pero también debería ser tiempo para poner en marcha ciertas cosas, ciertos deseos y propósitos personales.
Yo por ejemplo tengo en mente confeccionar polos de banda de rock, hechos por mí a mano. Y comencé a dibujar diseños una semana atrás, pero esta última de verdad que no he hecho nada. Por lo pronto fui a El Silencio el lunes y el día de ayer a La Punta. Con mi hermana y mis amigos en primera instancia, y con mi enamorada para acabar la semana bien bronceadito.
Amo el mar y esto de estar bien negro no me incomoda. Excepto, claro está, cuando me arde mucho la espalda y la cara se me empieza a descascarar, y más recientemente cuando voy camino a la orilla y siento un poco de desagrado de que todos puedan ver mi panza, que a mí me parece enorme.
Hablando de eso, me gustaría bajar unos cuantos kilos. Es que a pesar de sentirme saludable no me gusta tanto verme esa colchoneta por debajo de mis tetillas, que según dicen los expertos... van camino a convertirse en tetas.
Hago abdominales. 50 de día y 50 de noche.
Estoy durmiendo bien, para mi alegría. No como un año atrás que a duras penas podía cerrar los ojos recién promediando las 3 de la mañana.
Ayer volví a tomar harto -no lo hacía desde días antes de navidad- , y si bien me sigue gustando, ya no lo veo como antes, como la manera más sencilla y eficaz de pasarlo bien con los demás. No sé, puede sacar cosas de mí que no me gustan tanto ya.
En la vida real tengo cuotas de despiadado y pendejo, es verdad, pero con el trago aparentemente pueden excederse las raciones, hasta el grado de malograr mi receta, la receta de la que realmente estoy hecho. Y eso no me gusta para nada.

Me vengo dando cuenta que ya no quiero mucha vida alocada, como si la he tenido bastante en los dos últimos años. Quiero tranquilidad, para así dejar de preguntarme tan a menudo cuando el juego de las frases toca a mi puerta, si es que soy, o he sido en algún momento absolutamente feliz.
Hay gente que puede decirlo con total certeza. Yo no. De verdad, porque hasta en mis momentos de mayor gozo siempre he sentido ese bacanal de sensaciones pesadas que habita, casi a tiempo completo, dentro de mí.
Y esto a pesar de que me encanta las cosas que me rodean, en su gran mayoría.
No sé si alguno de ustedes también siente un poco esto. Sería bonito conversarlo. Me caga la cabeza tener que definirme en una certeza tan pero tan abstracta. Sinceramente no puedo, y ahí si tengo la seguridad de empezar a ponerme triste.




Por eso me he pasado algunos días ultimamente meditando mucho sobre este temita. Mejor ni tocar la bendita palabra y sólo vivir como deseo sin buscar una definición. Así como jamás se me ocurrira buscar UN DISCO FAVORITO entre todos los que esucho.

Me gusta estar con mi enamorada y ha sido una experiencia bastante enriquecedora que viajemos juntos a lado de otras personas hacia un desconocido paraje. Ha servido para reforzar mi confianza (aunque igual uno siempre tiende a dudar) y sí, me agrada un montón el estar de a dos. Mucho mejor si es sin itinerarios, ni ese maldito compromiso de tener que sentirnos igual en todo momento. Es decir, no tiene nada de malo que un día tú estes triste y tu chica medio bajoneada. Ni que quieras llorar todo el día en un momento determinado y ella este toda habladora, con ganas de ir a algún lado. ¡No busquemos equiparar siempre, pues!
Para eso, me parece, está la comunicación, la paciencia, y la lógica adquirida de que no siempre podemos tener lo que queremos. Por Favor.

En lo que respecta a la música, me esta gustando bastante Grateful Dead. Jamás lo hubiera imaginado... yo que los creía tan simplones y gringasos. Actualmente estoy oyendo sus discos Workingman´s Dead y Aoxomoxoa. Fantásticos. Nada mas escuchen la canción "St. Stephen". Un verdadero masajito para estos días.

Grateful Dead. La vida en familia