Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.......
Me inundan las ganas de escribir esta noche y de no hacer nada estos últimos días. Me las he pasado en mi colchón, a oscuras, con el cuerpo y el pelo grasos, sin ninguna labor más que la riquísima acción de presionar los botones... de mi equipo musical y la televisión. No estoy apto, creo, para largas tertulias con los amigos en estos instantes. Ni para interminables desmadres de alcohol y bullicio. Mucho menos para gastar el poco dinero que me queda en cómodos pero largos trayectos en combi hacia lejanos distritos. Quiero descansar solamente, y para mí la definición mas exacta del buen remanso.... es quedarme varado en mi cuarto, con la puerta cerrrada, en ropas cómodas y dotado de un buen menú musical que repetiré incansablemente durante las sucesivas horas, entre la hipnósis del sueño, y la melancólica lúcidez del saberse vivo al despertar. Los botones se aprietan, las melodías empiezan, se reanudan los diálogos televisivos, y pasa mi tiempo sin una mínima noción de que las horas existen, salvo -claro está- por la maravillosa mujer que es Silvia y su suavecita voz que no teme en preguntar "¿ya quiere que le sirva el almuerzo, jóven Dante?". Sólo ahí me levantaré de mi cuna, con los párpados hechos trapo y la barriguita hambrienta, aguardaré un momento para que se me baje la erección (matutina, vespertina, ya ni se de que tipo es), y saldré de mi apestosa cueva para cerciorarme que todavía sigo siendo el amo y señor de este departamento alquilado.
Sigo jateando el viernes. Largas e imperturbables sesiones de huir del todo. Cuando estoy durmiendo nadie me amenaza, cuando estoy durmiendo yo no me amenazo, los límites de mi morbo y mi romance nadie los establece. Me concibo dormido como un nene santo, sanito, bello y mejor. En eso María José, mi hermana querida, hace colapsar mi ambiente. " ¡Dante, no sabes quién se ha muerto... !". Me menciona a Marco Antonio, el reconocido estilísta de la farándula lorcha. Y sin perder mucho el tiempo, me pasa el teléfono. Oigo a Flojanne a través de la línea, "¿Aló, Dante?", y aún aturdido quedo en encontrarme con él a las 7 en Quilca.
Ahora sí estaba abierto el bendíto puesto de discos al que acudí y no pude hallar abierto el día de ayer. Ingreso a la pequeña galería y -cómo no podía ser de otra forma- me recibe Flojanne de espaldas (digno de su educación), hurgando entre los cds ante la atenta mirada de Fernando, el dueño de la tienda. Rapidamente saludo a mi amigo, y le estrecho la mano al proveedor de nuestras fantasías musicales. Me discute el primero por mi hora de llegada ( "¡ Nooo pueee compaaaaadre, ¿me parece o habíamos quedado a las 7?") y yo, que no pierdo el tiempo en tonterías, de frente le pregunto a Fernando por algo de Tim Buckley. Flojanne insiste y me muestra un ejemplar de Tom Waits, y fiel a su costumbre me va adelantando detalles de su última peripecia etílica. Pícaro como siempre. Dipsómano como de costumbre. Mientras tanto, voy alucinando con la rústica decoración de la tienda. Una guitarra con colores viváces, viejos vinilos colgando de un muro, cassetes agrupados que ya no muchos adquieren, y una bárbara cantidad de discos que poco a poco voy interiorizando para saber con cuál me iré a casa.
Fui por Tim Buckley y algún caprichito más. Sin embargo Fernando sabe lo que tiene, y al mencionarle yo mi actual fascinación por el rock acústico, me saca de la galera 3 buenas obras, que realmente vale la pena adquirir. Me voy sin decir "no" con mi amigo que se va sin nada. Dice ya haber llenado el buche y mojado la garganta en una celebración de casa. Yo -que a diferencia de él, pase todo ese día escondido e inconciente- creí conveniente comprar unas papitas lays para seguir la caminata.
Esa noche Rafo Ráez iba a tocar su primer disco, el genial Suicida de 16 (de 1996), en su totalidad, a todo motor en un pub barranquino. Yo había quedado en ir con una bonita chica a la que había conocido hace poco ( ¡ Mucha suerte en el Cusco, amia ! ). Sin embargo las cosas no se dieron, y bueno... que iba a hacer. No por ello mis acompañantes de último momento eran menos trascendentales. No señor, eran dignos simpatizantes del mas digno rockero de estas tierras. Mi hermana Maji, mi patasa Sergio, y el inigualable Felipín Flojanne, con el que regresando de Quilca nos alistamos para acudir a tan magno evento.
Lo gracioso fue que habiéndonos reunidos todos, nos vino una misteriosa culpabilidad por tener que pagar tanto por el show. Eran 20 lucrecias, que si bien tampoco significaban un ojo de la cara... sí coincidían en dejar casi huérfanos a todos nuestros bolsillos.
Sigo jateando el viernes. Largas e imperturbables sesiones de huir del todo. Cuando estoy durmiendo nadie me amenaza, cuando estoy durmiendo yo no me amenazo, los límites de mi morbo y mi romance nadie los establece. Me concibo dormido como un nene santo, sanito, bello y mejor. En eso María José, mi hermana querida, hace colapsar mi ambiente. " ¡Dante, no sabes quién se ha muerto... !". Me menciona a Marco Antonio, el reconocido estilísta de la farándula lorcha. Y sin perder mucho el tiempo, me pasa el teléfono. Oigo a Flojanne a través de la línea, "¿Aló, Dante?", y aún aturdido quedo en encontrarme con él a las 7 en Quilca.
Ahora sí estaba abierto el bendíto puesto de discos al que acudí y no pude hallar abierto el día de ayer. Ingreso a la pequeña galería y -cómo no podía ser de otra forma- me recibe Flojanne de espaldas (digno de su educación), hurgando entre los cds ante la atenta mirada de Fernando, el dueño de la tienda. Rapidamente saludo a mi amigo, y le estrecho la mano al proveedor de nuestras fantasías musicales. Me discute el primero por mi hora de llegada ( "¡ Nooo pueee compaaaaadre, ¿me parece o habíamos quedado a las 7?") y yo, que no pierdo el tiempo en tonterías, de frente le pregunto a Fernando por algo de Tim Buckley. Flojanne insiste y me muestra un ejemplar de Tom Waits, y fiel a su costumbre me va adelantando detalles de su última peripecia etílica. Pícaro como siempre. Dipsómano como de costumbre. Mientras tanto, voy alucinando con la rústica decoración de la tienda. Una guitarra con colores viváces, viejos vinilos colgando de un muro, cassetes agrupados que ya no muchos adquieren, y una bárbara cantidad de discos que poco a poco voy interiorizando para saber con cuál me iré a casa.
Fui por Tim Buckley y algún caprichito más. Sin embargo Fernando sabe lo que tiene, y al mencionarle yo mi actual fascinación por el rock acústico, me saca de la galera 3 buenas obras, que realmente vale la pena adquirir. Me voy sin decir "no" con mi amigo que se va sin nada. Dice ya haber llenado el buche y mojado la garganta en una celebración de casa. Yo -que a diferencia de él, pase todo ese día escondido e inconciente- creí conveniente comprar unas papitas lays para seguir la caminata.
Esa noche Rafo Ráez iba a tocar su primer disco, el genial Suicida de 16 (de 1996), en su totalidad, a todo motor en un pub barranquino. Yo había quedado en ir con una bonita chica a la que había conocido hace poco ( ¡ Mucha suerte en el Cusco, amia ! ). Sin embargo las cosas no se dieron, y bueno... que iba a hacer. No por ello mis acompañantes de último momento eran menos trascendentales. No señor, eran dignos simpatizantes del mas digno rockero de estas tierras. Mi hermana Maji, mi patasa Sergio, y el inigualable Felipín Flojanne, con el que regresando de Quilca nos alistamos para acudir a tan magno evento.
Lo gracioso fue que habiéndonos reunidos todos, nos vino una misteriosa culpabilidad por tener que pagar tanto por el show. Eran 20 lucrecias, que si bien tampoco significaban un ojo de la cara... sí coincidían en dejar casi huérfanos a todos nuestros bolsillos.
Punto clave : al parecer las papitas lays no me habían llenado del todo.
Entonces, a punto de que tomáramos el taxi, decidí pensar en voz alta y hacer lícito uso de mi idotez. "Chicos, y que les parece si en vez de gastar veeeeeeeeeeeinte soles en ir a ver a Rafo, no juntamos mejor toda esa platita y nos armamos una tremenda comilona con su traguito más de yapa"
Entonces, a punto de que tomáramos el taxi, decidí pensar en voz alta y hacer lícito uso de mi idotez. "Chicos, y que les parece si en vez de gastar veeeeeeeeeeeinte soles en ir a ver a Rafo, no juntamos mejor toda esa platita y nos armamos una tremenda comilona con su traguito más de yapa"
Silencio General.
"Total, el Suicida del 16 lo tenemos en mi casa. Lo ponemos a todo volúmen y ya esta".
Silencio de Ultratumba General.
Fue un gran rato de dudas, de encrucijadas por lo que más nos iba a complacer y convenir. Sergio - siempre el más sabio de todos- consideró de inmediato mi pedido como la más ruin traición a nuestro ídolo. Mi hermana -como siempre, de mi lado- se sumó al llamado de la tentación. Flojanne - ni chicha, ni limonada- , todo un pendejo. El panorama se había puesto jodido y sintiéndome a estas alturas un poco (MUY) culpable, preferí aunque algo tarde, no pronunciar palabra alguna que pesara en el desenlace.
Pero ya estabamos ahí, y habiendo reventado nuestras fichas nos seguíamos quejando en silencio, muy cobardemente, por ahora hallarnos al interior del lugar. Parados, enojados porque todas las mesas ya se habían ocupado, viendo en contra de nuestra voluntad a un infeliz solitario haciendo la previa al plato de fondo. Y sí, sentimos ganas de devolver las entradas, pero ya era muy tarde. A Sergio se le prendió el foco y sugirió buscar sillas vacías. Inteligente. Nos ahorró la incomodidad.
Se fue el telonero y entró Catervas - que también formaba parte del programa- para tocar su primer trabajo. Lo hicieron paja y creo que fueron determinantes para que el público despertáse. Lindos efectos de luces y enérgica músicalidad que me hizo sentir como en un aeropuerto.
A poco antes de que los Catervas acabásen su vuelo, la verdad que empecé a sentirme animado. Que chucha la plata, les dije a Sergín y al Flojanne para una jarrita de chela. Se venía lo bueno, El Suicida, y claro que valía la pena rasgarse las vestiduras, tajerase el lonpa.
Así, armado con mi cebada de tope a tope, regresé a mi butaca para brindar con mis amigos y con mi hermana (a quien alabé de corazón por su hermosura). Mi gente. Mis momentos.
Y así se dió el ingreso de mi héroe, de nuestro héroe. Rafael Adolfo Ráez Luna. Un peruano como nosotros. Un peruano que de verdad nos inspira a realizar nuestros sueños de rock and roll.
Sergio y Maji, quienes lo habían entrevistado para un trabajo de la universidad hacía no menos de un mes, se preguntaban entusiasmados si los reconocería.
Se fue el telonero y entró Catervas - que también formaba parte del programa- para tocar su primer trabajo. Lo hicieron paja y creo que fueron determinantes para que el público despertáse. Lindos efectos de luces y enérgica músicalidad que me hizo sentir como en un aeropuerto.
A poco antes de que los Catervas acabásen su vuelo, la verdad que empecé a sentirme animado. Que chucha la plata, les dije a Sergín y al Flojanne para una jarrita de chela. Se venía lo bueno, El Suicida, y claro que valía la pena rasgarse las vestiduras, tajerase el lonpa.
Así, armado con mi cebada de tope a tope, regresé a mi butaca para brindar con mis amigos y con mi hermana (a quien alabé de corazón por su hermosura). Mi gente. Mis momentos.
Y así se dió el ingreso de mi héroe, de nuestro héroe. Rafael Adolfo Ráez Luna. Un peruano como nosotros. Un peruano que de verdad nos inspira a realizar nuestros sueños de rock and roll.
Sergio y Maji, quienes lo habían entrevistado para un trabajo de la universidad hacía no menos de un mes, se preguntaban entusiasmados si los reconocería.
Los Regalos del Viento. Maji, Rafo, y Sergio
Lo vimos subir al escenario con sus compinches originales: Pancho Muller ( en el bajo) y Mino Mele (en la batería). Los 3, responsables de ese arrebato de identidad hecho arte para jóvenes insatisfechos, llamado Sucida De 16 y Otras Canciones. La multitud, que se había mantenido reticente con el primer intérprete, y apenas un poco más movilizada con la presentación de Catervas, no tardó en agolparse rápidamente al saber que era el turno de Rafo. Se había puesto unas diminutas pantaletas color azul -según Flojanne, tal como en las lejanas tocadas noventeras- y llevaba sobre el pecho la escarapela nacional. Saludó al gentío y yo, que en primera instancia había pensado mantenerme inerte sobre el confort de mi asiento... poco a poco fui cediendo al descontrol sobre mi cuerpo, lógica ( o ilógica...... da igual) reacción EN UN JÓVENCITO QUE TIENE DELANTE SUYO A QUIÉN MÁS ADMIRA.
Mire embelezado los rostros de mi querida hermana y mis compadritos cheleros. Una sonrisita cojuda nos unió a todos en una suerte de estado de gracia. Le dí un sorbo más a la cerveza, y a poco de empezado el feróz "Intro" que sirve de apertura al álbum, supe que a duras penas iba a poder mantener unos minutos más la compostura. Ya todos estabamos de pie en "La Inocencia Primaria del Diablo". En mi caso estar de pie es un decir, ya que empecé a saltar y a bailar como desquiciado. ¡Que furor! , !Que delicia! .... una a una las canciones de ese maravilloso libro del futuro (como tuvo a bien definir Rafo Ráez al formato del disco musical) fueron desprendiéndose, del corazón de la banda para impregnarse en nuestros corazones. "Campo minado de corazones" sirvió para mitigar momentáneamente tan descarrilado tren de ráfagas eléctricas. Con su cálido embrujo de plazita serrana nos transportó momentáneamente a un paisaje mucho mas inmenso, haciendo paralizar el tiempo. Creí estar en mi cama soñando nuevamente.
Derrepente desperté, de la misma manera abrupta como mi hermana me había despertado esa tarde con lo del deceso de Marco Antonio. La dadaísta nec(si)edad rockera de "Dos Canciones Por el $Precio de 1" terminaron por derramar la última gota de pudor que un tipo como yo, tan amante del rock and roll como marica por convicción, puede llegar a tener en momentos tan trascendentales como estos. Mi amigo Flojanne no tuvo cargo de conciencia y pareció tomarle la palabra a Bob Dylan ( don't think twice, it's alright) para salir cuheteado directo al pogo. Cuheteadiiiiiiiiiiiiiiiiiiísimo el puta, como si le hubieran colocado un misíl ratablanca en el orto.
Y es ahora donde hago la pregunta de rigor. Ustedes mis amigos, ustedes que me conocen tan bien y saben como soy: flaquito, timorato en los deportes de contacto, modoso, resbaladizo a la hora del lance, escurridizón. ¿Creen que yo, imitaría sin chus ni mus el pésimo ejemplo del recontra faite de mi amigo?
Mire embelezado los rostros de mi querida hermana y mis compadritos cheleros. Una sonrisita cojuda nos unió a todos en una suerte de estado de gracia. Le dí un sorbo más a la cerveza, y a poco de empezado el feróz "Intro" que sirve de apertura al álbum, supe que a duras penas iba a poder mantener unos minutos más la compostura. Ya todos estabamos de pie en "La Inocencia Primaria del Diablo". En mi caso estar de pie es un decir, ya que empecé a saltar y a bailar como desquiciado. ¡Que furor! , !Que delicia! .... una a una las canciones de ese maravilloso libro del futuro (como tuvo a bien definir Rafo Ráez al formato del disco musical) fueron desprendiéndose, del corazón de la banda para impregnarse en nuestros corazones. "Campo minado de corazones" sirvió para mitigar momentáneamente tan descarrilado tren de ráfagas eléctricas. Con su cálido embrujo de plazita serrana nos transportó momentáneamente a un paisaje mucho mas inmenso, haciendo paralizar el tiempo. Creí estar en mi cama soñando nuevamente.
Derrepente desperté, de la misma manera abrupta como mi hermana me había despertado esa tarde con lo del deceso de Marco Antonio. La dadaísta nec(si)edad rockera de "Dos Canciones Por el $Precio de 1" terminaron por derramar la última gota de pudor que un tipo como yo, tan amante del rock and roll como marica por convicción, puede llegar a tener en momentos tan trascendentales como estos. Mi amigo Flojanne no tuvo cargo de conciencia y pareció tomarle la palabra a Bob Dylan ( don't think twice, it's alright) para salir cuheteado directo al pogo. Cuheteadiiiiiiiiiiiiiiiiiiísimo el puta, como si le hubieran colocado un misíl ratablanca en el orto.
Y es ahora donde hago la pregunta de rigor. Ustedes mis amigos, ustedes que me conocen tan bien y saben como soy: flaquito, timorato en los deportes de contacto, modoso, resbaladizo a la hora del lance, escurridizón. ¿Creen que yo, imitaría sin chus ni mus el pésimo ejemplo del recontra faite de mi amigo?
Puuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuta que me dieron de alma en el pogaso mis compadres. ¡¡¡¡¡¡Achichaaaaaaaaaaaaaaaaaauuu!!!! ¡¡¡¡¡¡ Mi han pigaaaaaaaaaaaaauuuuuuuu!!!!!!
Les soy sincero causitas. En mi vida sentí una adrenalina parecida. En mi vida me sentí mas alejado de la teta materna.
Luché por mi supervivencia de la manera más instintiva y huí como pude del ojo del huracán, a la mitad de la canción porque sencillamente ya no me daba más la resistencia física. Dudo seriamente que vuelva a repetir tal peripecia en algun momento, pero, .... que de putamadre la pasé. Por eso cuando acabó la canción y ví volver a mi Flojanne del alma, ileso, como un auténtico nómade retornando de la cacería, me lancé a abrazarlo sin tener en cuenta cuanta víscera miserable le chorreaba por el cuello.
Y aquí cierro el relato porque sería una falta de respeto -en este caso- exterminar por intermedio de este texto, todo el inacabable y bravío caudal de emociones irrecuperables que desató en mí, y en todos nosotros esta experiencia inolvidable. Al cierre de esta edición me encuentro con el mencionado Flojanne por el chat y sus palabras me suenan definitivas, concluyentes, y hasta dogmáticas.
Les soy sincero causitas. En mi vida sentí una adrenalina parecida. En mi vida me sentí mas alejado de la teta materna.
Luché por mi supervivencia de la manera más instintiva y huí como pude del ojo del huracán, a la mitad de la canción porque sencillamente ya no me daba más la resistencia física. Dudo seriamente que vuelva a repetir tal peripecia en algun momento, pero, .... que de putamadre la pasé. Por eso cuando acabó la canción y ví volver a mi Flojanne del alma, ileso, como un auténtico nómade retornando de la cacería, me lancé a abrazarlo sin tener en cuenta cuanta víscera miserable le chorreaba por el cuello.
Y aquí cierro el relato porque sería una falta de respeto -en este caso- exterminar por intermedio de este texto, todo el inacabable y bravío caudal de emociones irrecuperables que desató en mí, y en todos nosotros esta experiencia inolvidable. Al cierre de esta edición me encuentro con el mencionado Flojanne por el chat y sus palabras me suenan definitivas, concluyentes, y hasta dogmáticas.
EL ULTIMO JULIO ASI....(SAICARG) dice:
oeeeeeeeeeeeee
........................k tal ps
..................JAJJAJAJAJA
............GRANNNNNNNNNN CONCIERTO
...............VALIO LAS 20 LUKAS AH
..............Y K TODAVIA NO ME RECUPERO DE LAS FRACTURAS DE HUESOS EN TODO MI CUERPO
.......................OE NOSABES KOMO LLEGUE A MI CASA...........
CON LA ADRENALINA A MIL PS
.................SIN DROGAS Y CASI NADA DE ALCOHOL
................SOLO...ROCKAND ROLL
¿Alguna duda?
Pues ahora dejenme seguir durmiendo, mis dulces hermanitos suicidas.
2 comentarios:
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No salió pero decía "rafo" en letras grandes, en fin, arriba RAFITO CARAJOOOO!!!
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