Últimamente he caído en la razón de que en el dibujo como en la vida, si algo no sale como lo deseo, quiero arreglarlo.
Así haya gastado 5 horas o perdido varios meses en una labor.
Esta mañana, dibujando, me di cuenta que si algo no está a mi gusto, pues, no me quedo satisfecho y bostezando un "Ah, qué chucha".
La verdad que no, y me sorprende, ya que prensaba yo que últimamente estaba más sumergido que Nessie en el Loch Ness del conformismo.
Bueno, primero que nada, volveré al comiencito y analizaré que cosa me parece que está medio astalashuevas y así, intentaré arreglarla.
Borrón y dibujo nuevo, o mejor dicho... ¡Borrón y otra vez a dibujar!
Intuyo que esto de trabajar con dedicación y disciplina (cosa novedosa para mí, os debo confesar) es un proceso largo, realmente. Intuyo, también, que a la larga trae grandes aprendizajes y -por qué no- beneficios.
Me estoy sintiendo como "El Mago" Markarián cuando toma con cautela la ruta mortal de las clasificatorias.
Mientras tanto, preferiré intentar mil veces y aún así tener días errados, a quedarme -como antaño- plácido domingo en mi catre viendo el programa Amor, Amor, Amor.
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