martes, 5 de mayo de 2009

CLAPTON ES LA VOZ


No hablaba de música hace un buen tiempo, desde lo del concierto de los New York Dolls (que al final termine no yendo), así que creo que este es un buen momento.


Debo admitir que con Eric "Slowhand" Clapton siempre he tenido una serie de objeciones. Es decir, el puto nunca me terminó de convencer, ni con los Yardbirds, ni con los Cream, ni mucho menos en su posterior carrera de solista (a pesar de que todas estas etapas me son muy disfrutables). Que es un eximio guitarrista, sería muy ridículo discutirlo. Sin embargo, siempre sentí que para mi gusto a Clapton le faltaba alguito de corazón y sangre en las venas a la hora de tocar.

Pero es curioso, ya que creo que a finales de los sesentas y a inicios de la nueva década, ocurrieron ciertos cambios en la órbita rockera que hicieron que Slowhand desarrolle una manera mucho mas íntima de adentrarse en su música y demostrarnos - si acaso los hay - a quienes como yo, dudábamos de su sentimentalismo, el tremendo fuego interior del que estaba hecho.

Podría echarle la culpa a la aparición del primer disco de The Band, quien en plena época del rock ácido, eclipsó todo el panorama con una propuesta cálida y basada en las más profundas raíces del folklore norteamericano y la más sinigual simpleza para decir lo que deseaban. Hasta donde tengo entendido, fue el lanzamiento del primer lp de La Banda, el que descolocó de su pedestal a Eric, quien entendió que era momento de dejar de lado tanta pomposidad electrocutante, y meterse a la casita a descubrir lo que había dentro de su propio cascarón ( a punta de dos brandys por día aproximadamente).

El resultado no pudo ser más fascinante. Todo un vuelco de giro que quedó plasmado en dos obras maestras del rock and roll, paradójicamente, bajo el seno de dos bandas que solo trajeron al mundo un pan bajo el brazo.

La primera, Blind Faith. El supergrupo también integrado en 1969 por Steve Winwood (ex Traffic), Rick Grech (ex Family), y (su compañero en Cream) Ginger Baker. Su álbum homónimo es un espectacular muestrario de devoción y vitalidad. Célebre y algo escandalizador para su época, por la portada de la chibolita con el avión en las manos. Clapton comienza aquí a tener mayor confianza en su magnífica voz. Tan expresiva, dulce como desgarradora, que tiene en temas como el que a continuación les muestro, picos muy muy altos de emoción.





Blind Faith - Sea of joy



Ya para 1970, Eric Clapton inicia un nuevo proyecto, así como jugando (entre brandy y heroina, heroina y brandy) con los señores Bobby Whitlock (en teclado), Carl Radle (en el bajo), y Jim Gordon en la batería, quienes pertenecían a la simpática banda gringa Delaney, Bonnie & Friends.





La manchita tomaría por nombre Derek and The Dominos, y junto a la posterior inclusión del legendario guitarrista Duane Almann (de los Almann Brothers), sacan de la galera los putos un discaso imperecedero, que valgan verdades, ha tirado por la borda de un solo sopapo, todos los prejuicios cojudos que podía tener yo con Clapton.







Derek and The Dominos - Too late ( Y de bonus track "Matchbox" con Johnny Cash y Carl Perkins)


Layla and Other Assorted Love Songs se llama la obrita. Puede que la hayan oído en mención antes. Si es así.. es muy propable que sepan de lo que estoy hablando. En caso contrario, ¿que chucha esperan para bajarselo ahorita mismo?

No voy a contarles más al respecto porque tengo la certeza de que les cagaría la fiesta. El descubrimiento es suyo, muchachos. De todas maneras les adjunto la imperecedera imágen de la diosa bella del amor. A ver si con esta, llegan -como Hansel y Gretel- a la casa de los dulces

¿Y que hace George aquí ?

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