domingo, 26 de abril de 2009

EL RESENTIDO HA VUELTO AL ALCOHOL

Cómo estan todos? Cómo estan todos otra vez ?
Ayer rompí mi tratamiento de fármacos antidepresivos por decisión propia y volví a saborear una cerveza, cosa que no hacía desde el último 31 de diciembre.
Nadie me obligo. Yo lo hice por la decisión mas propia del mundo en búsqueda de mi autonomía.
Conversar toda la tarde de ayer con mi amigo Sebastian me ayudó para descubrirme contenidísimo, después de mucho tiempo de decir NO. Sucede que fueron unas lobitas pituconas (que dicen hacer rock and roll) a su casa para ensayar un poco. Todas, de cuerpitos lozanos y maltones. Todas, de conversaciones ligeras y tonos algo gritones. Todas, de apellidos no muy comúnes e instrumentos propios de la mejor clase.
Me bastó que estas damas llegaran a la casa del Sebas, e irrumpieran en lo que iba ser nuestro ensayo -con Cogeme La Otra-, para ponerme públicamente saltón (mas saltón que nunca), arrecho (mas arrecho que nunca), virulento (mas virulento que nunca) y muy pero muy pero muy RESENTIDO.
Mientras más tiempo pasara para que fueran las 6 y nos cedieran por fín la sala de ensayos, más se encendía mi rabia para exhibir ante mis propios amigos de la banda, todo el horrendo malestar que llevo adentro guardado y que las pepas no han hecho más que contener y contener durante estos últimos meses.
Adrian se tenía que ir a trabajar y Jorge ya estaba aburrido de esperar tanto, así que terminó acompañándolo. Yo tomé (de la desilusión) una paleta con óleos que Sebastián había dejado tirada por ahí. Hace 4 años, cuando estabamos en el segundo ciclo de la universidad, habíamos comenzado a hacer un bonito mural en su dormitorio. Dormitorio que es taller, y a la vez antro de las perdiciones. Yo, sinceramente, no podria habitar un sitio tan grande, pero en fín.
Comence a pintar (luego de muchos meses) sobre esa antigua pared que había recogido hacía muchísimo tiempo mis pinceladas. Me sentí nostálgico y triste, muy pronto. Le insistí a Sebas que retomasemos el viejo mural y fueramos a comprar latex para desahogar toda la molestia de no haber podido ensayar. Al volver de la tienda, y luego de haber iniciado en las calles nuestra conversación, la cual en gran parte se había desprendido de mi gran y egoísta desazón por no poder lograr todavía sueños tan vanales (pero importantes para mí) como una chiquilla riquísima, y el éxito con Cogeme La Otra, reiniciamos nuestra labor.
Le fui abriendo de a pocos mi alma a mi amigo, y ya cuando comenzamos a colorear la pared, sentí que el pecho se me iba cerrando. Y lo digo en serio.
Sebastián es la única persona en el mundo que sabe sacarme de adentro tanta basura contenida, en solo un ratito. Es el confesor al cual más le temo y su palabra para mí puede llegar a ser la más implacable del mundo. Definitivamente no es aquel tipo de compañero ideal para saborear las horas tomando un café amargo (o un pie de fresa, como últimamente hago). El café amargo es Sebastián. Y sería mas apropiado para describirlo, el agregar un poco de soda caústica en la taza.
Sebas me conoce casi tan bien como mis padres, mi hermana, y mi amigo/amiga Scooby. Sin embargo, yo últimamente me preguntaba con cierta incomodidad, con cierta culpa, por qué con él me cuesta tanto - a pesar de todo el amor y confianza que le tengo- hallar la placidez más cómoda en nuestras conversaciones. Tal cómo si lo hago por ejemplo con Sergio, con Flojanne, hasta incluso con Kenny.
Y fue así que sin pensarlo mucho, con toda la desesperación grave e intensidad laserante que llevaba puesta, fui dándole a la pintura a la vez que desnudaba mi presente frente a Sebastián, sin pensar en nada realmente, sin medir culpas, ni hostibilidades de algún tipo. Mis sentimientos se estaban abstrayendo con extrema brutalidad en mis palabras y en mis trazos. Mostrándome tal cual soy ahora (o en el más positivero de los casos, hasta ayer): un tipo saludable, sin mayor vicio que el trabajo de lunes a viernes, aparentemente estable, y algo ridículo con un pelo largo que más se asemeja al del "Puma" José Luis Rodriguez, que al rolling stone más anhelado.
Lo que no sabía yo (mejor dicho, sí sabía, pero hace bastante no lo explicaba en voz alta) es lo rabioso que me aún sigo encontrandome por un complejo de inferioridad que no logro sacar desde mí, y que ha sido mi fiel compañero desde que tengo uso de razón.
Sin quererlo, muchos hechos -aparentemente sin importancia- han hecho que me de cuenta desde el inicio de este año que odio a mucha gente, en especial a la gente de poder, rubia, pecosa, billetuda, de mente estrecha y pezones rosaditos que hacen lo que les viene en gana con su inagotable diversión y con el destino de todo lo que se anuncia a grandes bombos y platillos en este país. Yo tengo una gran roca atorada en mi garganta a la hora de hablar sobre la clase alta, y la verdad que no se por qué, si es que ellos nunca me han hecho directamente un daño. Les tengo un gran desprecio a los hombres de esa casta, pero se que cuando me los topo en la calle, o a lado de ellos transcurro en un balneario de mi tierra, siempre termino agachando la mirada como si fuera menos, como si ellos fueran a reírse porque sí de mí. Sus mujeres me parecen mas torpes que toda una agrupación de mulas, pero sufro, pues en el fondo me gustaría pasearme con una de ellas por esta Lima de contrastes tan álgidos.
Cuando los miro de frente me achico, se me ponen los huevitos fríos... pero ¡ay de ellos cuando estoy encima de un escenario, o maquinando una nueva proclama narcicista-miedosa en forma de canción, dibujo, o (como en este caso) texto, desde la comodidad solitaria de mi cuarto. Ahí si soy bacán, ahí si me trompeo con los pitucones y me pongo coquetón con las pituquitas.
Tengo ciertas teorías sobre el orígen de esta rara reacción -tan estúpida- de la que padezco, pero no se las voy a contar jamás porque en el fondo sí hay cositas de las que prefiero mejor no abrir la boca.
Y no hago alarde de esta condición ni me enorgullezco. Sólo les confieso que ayer, porque en la casa de mi amigo Sebastián una banda de mocosas guapitas y de hogares favorecidos (tan favorecidos como derrepente es el mío, que ni de pobre ni de rico tiene nada) nos quitó -sin saberlo- el turno para ensayar, terminé por darme con gran determinación y objetividad imparcial
que definitivamente soy un buen amigo
pero también
una criatura asquerosa que tiene mucho de terrorista (no digo acomplejada, porque ya lo he dicho en innumerables artículos), racista a la inversa ( es decir, no contra los oscuritos sino contra los transparentitos), plagada de insanos odios, una autoestima muy reduca, y la "lígera" sensación de que nunca podré llegar a obtener lo que verdaderamente quiero, pues en verdad no creo estar a la par con los componentes de las "grandes ligas".
Y lo peor de todo es que soy conciente de todo esto, de todo este burdo amasijo de caca que tengo incrustado por dentro.
Llegó un momento en el que no podía más seguir hablando, y Sebastián tampoco pintando, pues se cagaba de hambre. Abajo estaban las chicas nice rockeritas y yo -en el estado en que me hallaba y con una guayabera extra-large que no se para probar qué cosa me habia puesto- traducí mi indisposición al silencio mas desalentador, abrumado sobre una silla.

Chicos, escuchenme bien:
yo de verdad no creo ser el más absurdo resultado de inumerables trabas raciales y sociales traducidas en la personalidad de un muchacho débil de mente y traumadito personaje peruano......
No creo, que sea la máxima expresión de esto. Pero ahora que lo pienso, sí soy un buen ejemplo.
Solo puedo decir que familia nunca ha sido pobre y que aún vivimos de manera relativamente holgada, mi padre siempre me dió todo lo que quise, pero en mi vida arequipeña y ,aún más, desde que vine a vivir a Lima, siempre me he sentido muy asustado y disminuido en mi trato diario con la gente mas distinta -en el sentido más pudiente- a nivel racial y social a mí. No es que crea que ellos sean más que yo, de ninguna manera, yo me considero un tipo inteligente, con muchas metas, portador de un espíritu valioso, y cualidades que me hacen quererme alguito, cuando por las mañanas me veo al espejo... sin embargo no he podido, NO PUEDO EVITAR todavía este gran choque que definitivamente corrompe y le hace tanto daño a mi personalidad.

Ayer conversar con Sebastián me hizo dar cuenta de esto, como quizás nunca antes había cerciorado con mis propios sentidos con tanta fuerza. Amé a Sebastián por sacarme en cara -sin pretenderlo- toda mi bazofia con tanta sinceridad. Amé a Sebastián y me odié tremendamente a mí mismo, cuando al preguntarle si el creía que podía conquistar a cualquier chica linda del mundo, me respondió con la conchudez mas grande del planeta, que sí, que posupuesto que sí porque el no es ningún idiota.
Y porsupuesto que no lo es.
Y porsupuesto que ahí me dí cuenta que no quiero echar a la borda mi adolescencia sin haber alcanzado hasta mis más frívolos sueños como la admiración del Perú por mi pasión al interpretar una sencilla canción de rock, o el placer permitido de meterle el pene hasta la oreja a una rubia exquisíta.
Ayer lo que tan sólo pretendía ser una tarde de sábado para darle nuevamente al set list de 4 canciones con Cogeme La Otra, se convirtió en algo así como El Sermón de la Montaña, un evangelio, que ahora que lo pienso, ya había comenzado a develarse desde el último jueves que conversando abstemio en una cantina con otros 3 amigos, reconocí bastante desilusionado aquellas tan notorias deficiencias de mi ser. Y que al día siguiente, el viernes de bautizo, me terminaron de confundir de manera sobrehumana, con el ritmo dispar del agitado día y la confusión de festividad, tan nauseabunda, que desató en mí -sin ninguna razón que realmente valga la pena- la predicción de verme por siempre negado a lograr algun premio

AYER ENTENDÍ CON GRAN REGOCÍJO EL REAL SIGNIFICADO DE MI AMIGO SEBASTIÁN
y también

DESCUBRÍ CON MUCHÍSIMO DOLOR LA ENVOLTURA DE LA CUAL ESTOY HECHO

Acabé llorando mucho, desesperado pensé en la muerte....
¿Saben porque me aborrezco tanto, pero a la hora de mostrarles mi arte me presento yo como un sujeto desafiante, gracioso e invencible ?
Pues porque en la vida real sólo me siento obsoleto y prescindible, imposible, y solo en ese arte, hallo la posibilidad de que me salga, por lo menos, un buen plancito.
¿Saben adémás, porque me aborrezco tanto en realidad?
Pues porque soy un huevonaso de 21 años, que se niega permanentemente el derecho a sentir lo que quiere y vivir la vida real con la misma plenitud e intensidad valiente de las que estan pródigas sus líneas.

Así fue que entonces, ayer me tocó preguntarme a mí :

Si ya pasé 4 meses sin chupar y me he dado cuenta que no soy un alcohólico, ¿.............................?
Ahora quiero comenzar a comprobar - así sea con muchos fracasos, pánico escénico y alienación- que la palabra "pelotas" es algo más que un puto adornito escrito en mi pared.

Gracias por haberme devuelto al alcohol (que tanto me gusta) Sebastián, y gracias por haberme alcanzado tu mano, amigo mío. Te amo, te admiroun culo, te siento muy cercano a mí, y ¿sabes? te voy perdiendo aquel miedo que no comprendía y que, ahora creo completamente, no necesita de interpretación.

4 comentarios:

Iván dijo...

eres un cojudazo
pero tu post es valiente,
vale.

Hola, soy el Buen Amigo dijo...

no se quien eres iván, pero te agradezco por el comentario.

ELOYINA MORALES..perez tu mama.. dijo...

ay dante si es que hay algo grande en la vida que admiro tanto en ti y siempre recuerdo... es la sinceridad sin miedo y humana ,que presentas cuando reflexionas sobre tu vida.
Es dificil encontrar gente joven de nuestra generacion que acepten tener conflictos internos.
Yo no soy piscologa y es mas me considero poco cuerda a ratitos pero creo que tu no solo tienes conflcitos con la gente pituca como los llamas sino la tienes en general porque sientes que no perteneces a ninguna..PUES GRAN LOGRO dante patroclo tu has salido de la matrix.Puta pareciera que me meto cuando escribo jajja pero no..Con el tiempo yo se que encontraras tu cordenada vital tu rubia regia que tendra el hueco del oido del porte de ya sabemos que y seras feliz PUNTO.
Me apena notarte confundido y no haberlo deducido a pesar que me contaste qeu tomabas esas pastillas y tampoco decirte a veces "pucha como estas?" mas que por educacion como amiga (porque te considero mi amigo aunque nos vemos una en mil)quiero que te sientas bien por el simple hecho de ser y vivir..NO CHUPES CARAJO AUNQUE NO SEAS ALCOHOLICO...sueno como tia amante de la jardineria pero en fin... te doy el dato el pasano se da el lujo de criticar mis comentarios en tu blog..es por eso que e decidido escribir cada vez que te comente de primera "PRIMERAAAAAA para que le arda al pasein" un abrazo dante
y es cuestion de que escribas para desahogarte.
PD:ESTA ENTRADA PARA MI UNA DE LAS MEJORES QUE E LEIDO,NO SOLO DE TU BLOG SINO DE TODOS.

I* dijo...

Me encantas Dante Murillo. Es exquisito saborearte asi... y pensar que te conosco desde siempre. Tan humano, tan aberrante, asqueroso y erotico.
yo tengo los pezones rosaditos y me siento muy igual a ti.