viernes, 28 de septiembre de 2012

LAS DAMAS Y YO


 -   [  - -



Cada vez que salgo de mi apartamento, muy temprano en la mañana, me encuentro en el camino con una linda y misteriosa muchacha que, como yo, se levanta diariamente con el alba. Y, mientras yo acudo presuroso a una cita más con mis dibujos y obras en el taller, ella, arropada hasta el tuétano, saca a pasear, sin aparente preocupación ni por el tiempo ni por nada en la vida, a su perro.

Ya son varios días que nos cruzamos en la ruta. Insisto en el misterio que le otorga lo sobrecargado de sus ropajes, pero eso me gusta, pues me hace imaginar que hay algún tesoro escondido allá adentro. Ya le he visto los ojos, pero aún no la saludo. He notado sus claros rizos, pero aún no me le he acercado.

La razón elemental de todo esto es mi temor a cagarla.

Con una dama a mi lado, me he dado cuenta, que puedo verme condicionado a una situación totalmente diferente (con los varones, en realidad,  todo me llega al pincho). Paso a sentirme particularmente imperfecto y subordinado a la conmoción que me genera una especie tan similar pero a la vez tan distinta en su integridad y nociones de la vida, como es la mujer.

Qué se yo... Una de mis enamoradas -aún sabiendo que sólo ella me fascinaba hasta la cúspide más absoluta del enamoramiento y la excitación carnal, y que, así mismo, yo no era ningún tipo de maníaco sexual- me increpaba constantemente por los posters de calatas que, por puro cague de risa, tenía pegados en mi cuarto.
Y esta costumbre mía, era sencillamente por puro interés y símil extrañeza (desde lo visual, en este caso) por lo llamativamente contrastada que es esa bolsa de valores tan poderosa e impredecible, llamada feminidad.

Sobre todo, cuando una dama me parece interesante, me siento ansioso (no confundir con 'arrecho') por el inquietante deseo de conocerla -y darme a conocer- con profundidad (en todo el sentido de su pensamiento, desde luego) y a puertas bien abiertas (en todo el sentido que implica la libertad de expresarse, claro está). Saber sus secretos, sus puntos débiles, sus anhelos, y todos, pero todos, sus devaneos.

Pero ojo al piojo, aquí vuelve la razón preponderante (a la cual, por poner un ejemplo, me refería cuando esa ex-pareja mía se irritaba por tener que chantarse mi afición por las potonas coleccionables de el diario "El Chino") por la que me siento un poco amenazado cuando una muchachita encantadora se aparece en mi camino.

Confieso, señoritas y señoritos, que ME DA MIEDO QUE LAS DAMAS SE ESPANTEN DE MÍ.

Pues sí. Hay un terror en mí al rápido desenlace que les genere el percance de haber conocido la -acaso-  atrevida e inoportuna esencia de mi autenticidad. Esa, la que me lleva a recopilar, con devoción, amarillentas fotografías cuasi-pornográficas de periódicos chicha, o a transcribir en mis textos, dibujos o canciones, con total descaro, todas, todititas mis emociones. Por eso, la verdad, la verdad,  no tengo demasiada confianza en mis cartas, cuando me toca jugar una partidita con una linda damar. Porque siento miedo que al abrir yo la boca, espante. Al mostrar al detalle mi mundo, aturda. Al ejercer con plena libertad mi arte, (me) obstruya. Aún sabiendo que, en el fondo, sí me agrada ser como soy, pues me siento fiel a mis pulsaciones.

Entonces ¿Qué debería hacer?   ¿¿ Dejar de ser así, tan "loco"??

Precisamente, por más que me hayan (o me haya) -con justicia o sin ella- hecho fama de "loco" desde hace algún tiempo, yo sí tengo modales, una moral -mediana o mayormente- respetable, y, me consta (y, estoy seguro, les consta también a las damas con las que he tenido oportunidad de relacionarme, así muchas no lo reconozcan) que más allá de los avatares propios de mi desbordante pasión, yo nunca he sido ni he intentado, por voluntad propia ni por natural idiosincrasia, causar desagrado, repudio y/o arcadas en una fémina.

Sin embargo, vamos creciendo, y uno de lejos percibe que lo que -en la mayoría de casos- prefieren las señoritas es un hombre moderado. Y yo.....mmmmmm...........No lo soy.

Moderarme está bien, en algunos aspectos. De hecho, hay  defectos en los que vengo trabajando últimamente. Mi apuro por conseguir las cosas que quiero. Mi terquedad. Y mi desmedida (por no decir mounstruosa) algarabía o frenesí cuando celebro algún logro (tiendo a ser en algunas ocasiones 'una poquitita' egocéntrico, chauvinista, regionalista, vanidoso, etc.) o lamento de un pesar (tiendo irremediablemente a apelar a mi street fighting man, etc.). Pero de ahí, de limar de vez en vez mis ásperas uñas de gárgola... a dejar de ser una gárgola, pues....   ¡Hablamos cuñao!  ¡¡NICA!!

Recalcaré, que así como abro mi corazón para expresar con veracidad todo lo que siento en cuestión a las damas, así mismo, no creo que sean del todo infundadas estas feítas sospechas mías de que puedo espantar fácilmente. A damitas bien hechas, al molde ideal del corte y la confección que, en nuestra sociedad de alta costura, siempre serán consideradas "pret-a- porter".

Yo voy a serte sincero, muchacha guapa del can. Me gustaría desde mañana o pasado, empezar a decirte 'Hola'.
Yo voy a serte bien franco, amiga Johanna. Me gustaría correrme el riesgo de invitarte a que conozcas mi taller, y no te espantes por su onda, para así poder tomarnos unas coca-cola.
Yo voy a ser igual de honesto y sensato que tú, Lorena querida. Me gustaría ir a buscarte a los cupcakes,  un día de estos, y de ahí conversar en el malecón con María y buen vino fresco.

Sé que puedo desagradar. Sé que al conocerme con damas, en la búsqueda que cada uno tiene, podemos posiblemente no conectar. Sé bien, también, que aún no he sanado del todo mi corazoncito lesionado y, que pasar la página del final de una historia querida -a pesar de su desgraciado final- con una mujer muy muy amada, cuesta lo que tenga que continuar la inminente penita en el alma.

Por eso, ahora, mientras tengo el tiempo para estar solo y aprender de mi soledad, me gustaría reestablecer, de manera sana y fructífera, la particular relación que tengo con las damas y su universo. Confrontarlas, ya, sin tanto temor, para darle un sentido renovado y más bello a mi vida con ellas.


domingo, 16 de septiembre de 2012

EL DOMINGO, MURIEL Y LA PINTURA.

smiley smile




El domingo es el día de la anarquía en mi casa, pero es indispensable. A diferencia de los otro 6 días de la semana , en el domingo yo procuro no tener un horario al cual regirme. 
Me despierto acalorado, con la lengua mojadiiiita, el pipilín como el sagrado pabellón bicolor, y la preocupación -vaya a saber uno por qué-  de un acusado por crímenes de lesa humanidad. Todo por el sin número de pesadillas (y/o sueños intensos) que me invaden al dormir últimamente. En estos sueños intensos, se ven involucrados de manera tragicómica gran parte de los personajes de mi vida. Los mejores, los peores,  y también aquellos que en realidad no conozco nada, tan sólo de vista.
Y aún así todos tienen roles protagónicos cuando estoy en los brazos de Morfeo. Yo quisiera saber entonces ¿ A qué corresponde tan poco juicioso maremoto de caras y realidades inconsistentes?

Leo el diario , bebo el jugo de naranja que la buena de Elena ha dejado preparado para mí y me pongo a pensar qué demonios iré a hacer. Mientras tanto pongo el segundo disco de los Gatos como telón de fondo.

" Es mejor que siga solo hasta el final para poder encontrar felicidad"- canta un Nebbia maltoncito.

*

El jueves último mi gran amiga Muriel Holguín realizó su primera exposición individual . Fue una experiencia muy emotiva y grata para mí. La calidad técnica y sentimental de sus trabajos, realmente caló hondo, bien hondo, en mí, cuando me los puse a observar. Uno a uno fui guiado hacia una recorrido interior muy íntimo y honesto. Pude sentir vivamente a esta hermosa dama gritando al planeta entero todo el inmenso deseo de dar un amor legítimo, leal y perdurable.  El increíble ruido de su corazón. Con la melancolía albergada desde el fondo de su ser, sí, pero - ¡vaya gesto tremendo!- a la comparsa irresistible de los colores más vitales y vibrantes -cual peces hermosos en el fondo del mar- que yo haya alguna vez visto en muestra de arte alguna de esta Lima -valga la redundancia- artísticamente tan aburrida, paranoica y soberbia. Fue un orgullo muy grande para mí, el percibir aquella noche a mi amiga querida ofreciendo talento y actitud a granel  -impecablemente ejecutados, por cierto-  para todo aquel, conocido o extraño, que se diera cita en el denominado -por mí- Centro Pitucolich, en pos del deleite de sus laxadas pupilas.

Todos estamos orgullosos de tí, Muriel. Tus padres, tus hermanos y estos cuantos amigos de las aulas universitarias que, fieles como Iván Cruz a la cocaína, permanecemos junto a ti siempre, para comprobar una vez más que : "ESTO ES VIDA Y LO DEMÁS... MENTIRA". Que nos mate la bebida, dulce hermana.  Devorar en tu cocina un sin número de pizzas junto al genial de tu viejo y su pícaro humor, mientras en la pantalla de la tele aparecía el "Flaco" Malásquez, todo acabado y con lentes negros, rememorando desde la banca de un parque las horas cúspides de su trayectoria como futbolista.... ya de por sí, fue el broche de oro para tan preciado encuentro. Inolvidable.

Fue tu noche, mujer buena. Te la mereces, y no me cabe dudas que vendrán miles más.
Gracias, de todo corazón, por incluirme en la lista de agradecimientos amicales en el cómic que has confeccionado. Puede que no tenga un carajo que ver con algún tipo de favoritismo, pero  -debo confesarlo-  me sentí el bebito más mimado del mundo cuando noté que mi nombre iba primero.


*

He vuelto a pintar. (Para los que me conocen) Suena raro  ¿no?  Pero sí, me han vuelto unas ganas grandiosas de pintar. Yo pintaba bonito. Sacaba lindo el color. Pero dejé de hacerlo porque dejó de divertirme y, desde entonces, hallé en el dibujo y la música unas únicas -al parecer- tablas de salvación.

Sin embargo, han pasado ya varios años de esos sinsabores con todo lo que la pintura abarca y significa como tema y ritual para mí, y ahora que cuento con un espacio que me estimula tanto como mi taller, he empezado a pensar  ¿Por qué no?  ¿Por qué solo dibujar nada más? ¿Por qué solo agarrar la guitarrita?

Ayer volví a manchar una buena porción de papel tabaco y, vaya, que lo gocé más de lo que hubiera esperado. Fue bonito. Fue distinto. Fue sumamente liberador. Me sentí como los niños a los que enseño en el colegio donde trabajo, cuando veo que son tan frescos y libres para mezclar los colores y dar rienda suelta a todo su primitivismo e insinuación natural. Sé que muchos dirán que eso luego conduce a una reflexión más cesuda y analítica, y por ende a la resolución de una problemática. Puede que sí, sea cierto, pero ahorita me pone contento y tranquilo el no estar haciéndome todavía esas preguntas.

Hoy por hoy necesito desarrollar mi arte para beneficio espiritual mío (y el de mi bolsillo).

Estoy pintando y dibujando y haciendo música. Estoy trazando proyectos que me lleven -por sí solos- a conocer nuevos territorios y distintas personas. No quiero forzar nada, pero de verdad quiero comprometerme  con sacarle el jugo a mi soledad.

Llevo un par de semanas en esto y, después de algún buen tiempo, puedo afirmar  -igual, sin por eso tener que exterminar a esos cumpas míos de siempre, llamados violencia, locura y desmadre-  que me siento bien.


jueves, 13 de septiembre de 2012

MAGO DIBUJANTE

No sacaré conejitos de mi gorra, pero aquí te traigo una bonita reflexión.



Últimamente he caído en la razón de que en el dibujo como en la vida, si algo no sale como lo deseo, quiero arreglarlo.

Así haya gastado 5 horas o perdido varios meses en una labor.

Esta mañana, dibujando,  me di cuenta  que si algo no está a mi gusto, pues, no me quedo satisfecho y bostezando un "Ah, qué chucha".

La verdad que no, y me sorprende, ya que prensaba yo que últimamente estaba más sumergido que Nessie en el Loch Ness del conformismo.

Bueno, primero que nada, volveré al comiencito y analizaré que cosa me parece que está medio astalashuevas y así, intentaré arreglarla.

Borrón y dibujo nuevo, o mejor dicho... ¡Borrón y otra vez a dibujar!

Intuyo que esto de trabajar con dedicación y disciplina (cosa novedosa para mí, os debo confesar) es un proceso largo, realmente. Intuyo, también, que a la larga trae grandes aprendizajes y -por qué no- beneficios.

Me estoy sintiendo como "El Mago" Markarián cuando toma con cautela la ruta mortal de las clasificatorias.

Mientras tanto, preferiré intentar mil veces y aún así tener días errados, a quedarme -como antaño- plácido domingo en mi catre viendo el programa Amor, Amor, Amor.


domingo, 9 de septiembre de 2012

MI PROPIO ROLLING STONE

(coplas desde el taller)



Oyendo el grito de Mick
por el altoparlante
Es tan estimulante
que me hace querer bailar.

Salir de esta situación
y atreverme con gusto
A dejar el exilio
que me tiene aquí escondidito
En la calle principal
de la resignación.

Oyendo la viola de Keith
sadomasoquista y trashy
Por la cadena del water
siento que todo
puede pasar
Si es que pongo de una vez
las cartas sobre la mesa
Y no dejo guardado
 nada.

Es que tenía razón
aquel barbudo amigo
Cuando ahogando junto a él mis penas
le encomendé mi sanación.

Y él con la seguridad del sabio
me dijo divisando mis paredes
No se trata de pegar  fotos
sino de actuar como tu propio rolling stone.

Una cosa natural
surge en mí
Al escuchar
la música de los Rolling
Ellos me hacen recordar
Cuando estoy perdido
quién en realidad soy.

Y si vuelvo a maldecir
o querer hacer brotar sangre
Tan sólo pónme algún disco
y verás como tranquilizo.

Sí hay salida
Voy a salir del hueco
a la satisfacción.

Charlie Watts y Bill Wyman
marcarán el compás de esta marcha
y Brian Jones desde la tumba
me dirá
Flaquito no te detengas
sigue nadando esta noche
Pero no seas huevas y no te ahogues
tan rápido como lo hice yo.

sábado, 1 de septiembre de 2012

JUAN NO TIENE BUENOS REFLEJOS



Ficciones # 1




Hola a todos, me llamo Juan y ahorita me duele un montón la cabeza.

Igual no hay problema, un hombre debe hacer lo que tiene que hacer, y pues bien, para eso estoy hecho yo. Especialmente en la brevedad de mis preciados momentos libres. Fuera del trabajo. Fuera de la rutina. Fuera de tantas caras, canas y culos que debo suministrar diariamente en aquel frío lugar donde me gano la vidú. Por eso me gusta escribir. Para sentirme menos solo y ordinario, a pesar de que quizás a nadie le importe un pepinillo leerme. Ya quisiera, pues, ser como El Hocicón (aquel diario deportivo que sigo con tanta devoción). No tengo ni lectores ni mucho menos hinchas. Solamente recuerdos inconclusos y ásperas observaciones sobre un presente que  me persigue como un lastre,  desganado y, francamente, DESESPERANTE. Por eso es que utilizo también este viejo cuaderno. Para escribir con el pulso tenso, en sus páginas, toda la bola de cosas que hace tiempo quisiera gritar, pero que, en fin, no puedo. Es que lamentablemente debo mantener en estricta reserva todas las fuertes náuceas que me genera esta vida abombada. Porque a mi madrecita no puedo torturarla más con nuevos problemas de los que ya padece, por ese maldito temblor que hace  mes y medio le ha comenzado a hacer bailar las manos. Y bueno, con los abuelitos que cuido por las tardes, ya más que suficiente con la bien ganada paciencia de la que me he hecho insigne por aguantarles sus cojudeces de seniles ilusos. 'Ta que parecen estoneados, absolutamente indiferentes al hecho de que capaz mañana se van a la otra, disfrutando con  absurdo deleite el que les hagamos cantar canciones de retardados mentales para que les de la puta gana de tragar de una puta vez su puto caldo de gallina, a la hora del almuerzo, y sonriéndonos algo ruborizados a la hora de calatearlos para que se den una ducha, mientras mis compañeros y yo, a la vez que les refregamos -con cierto asco- su gastada dermis,  nos reconocemos sin el menor beneplácito ni orgullo en esta loable labor que dicen que es la del cuidado de ancianos en un geriátrico. Ni modo. Por ahora, eso es lo que hay. Igual, no voy a ser careta y decir que me genera una paz inmensa en el corazón el hacerme cargo de estos abuelos de la nada. Antes más o menos... pero ahora YA NO. Todo en mi vida parece ser, actualmente, como las galletas en fecha de vencimiento.  ¡Maldita sea, oye,  por qué nadie puede ir al supermercado - al menos un día- por mí (o junto a mí) y tener la gentileza de ayudarme a abastecer mi despensa con productos frescos !  Todo se está pudriendo, pues. Todo en estado de descomposición. Mi vida, mi madre, y estos viejos, cuyos ingratos hijos millonarios, han decidido poner en alquiler para que no les estropeen así el fulgor de su lozana y exitosa  existencia.

Tengo que estar atento. No hay otra forma y ya lo he comprobado. Desde las 6 de la mañana, en que abandono mi comodoy, tengo que estar atento.

Sí, sí, y no es que sea un tipo todo cuadrado y que ande con delirio de persecución continuamente por la calle. Lo que pasa, pues, es que esta ciudad me ha ido enseñando que si en un momento determinado no reaccionas ante un estímulo con prestanza y efectividad, pues, es posible que a lo mejor te ganen la partida, el cupo, y termines perdiendola carrera, tontamente, por tan sólo una nariz. Como con los caballos en el hipódromo. 
Uno no puede ser lerdo todo el rato.... Yo ya suficiente con toda la pasividad encapsulada que cargo a mis espaldas todo el día. Con mi "bendita" paciencia y mi cara de oveja dócil. No está mal, es mi rol, ya lo asumí así, pero a veces sencillamente debería ser un ave rapaz. 

Por poner un ejemplo.
El jueves pasado salí del geriátrico, como de costumbre, a las 7 con 15 de la noche. No había sido -para nada- un buen día. Los viejos estuvieron más engreídos que de costumbre. Incluso a don Pedro se le roció el tuco por encima de mi folder de diagnósticos. Es decir.. literalmente se cagó en mí, el abuelito este . Pero ni que hacer, limpié el folder, por ahí la chica de limpieza me prestó algo de desinfectante y, un tanto contrariado, volví a guardarlo dentro de mi maletín de cuero. No había tiempo de más, mami me esperaba en casa para tomar juntos el lonche, y para mí -ahora que ella está jodida con esto del Parkinson.- no hay cosa más importante que regalarle alguna que otra alegría. Por eso es que  aún sigo viviendo con ella bajo el mismo techo. En realidad creo que somos dos carentes de amor en este mundo, la vieja y yo. 
 Me dijo en la mañana, antes de salir de casa, que iba a pasar por la pastelería del Raulito para comprar esa tartaleta de café y vainilla que a mí tanto me agrada. Lindo su gesto. Desde ya la esperaba con ansias. Sin embargo ya me olía un poquito rara -un poquito nada más- tanta dulzura de su parte.  Me enteré a continuación, que el lonche no iba a ser de a dos, sino que también estaba invitada la arpía de doña Julia, nuestra "queridísima" vecina, portavoz barrial de la mierda. Vaya nochecita la que me esperaba, entonces. Una vieja más, que de seguro iría a derramar también su tuco sobre mi día, cómo no, preguntándome por enésima vez si no me daba algo de culpa seguir ganándome la vida como asistente en un geriátrico, enrrostrándome  que para eso uno no estudia medicina durante 12 años, y especulando -tal y como siempre lo hace- con sus frasesitas armadas de suspicacia y mala leche, sobre mi opción sexual, al no haber tenido yo, desde nunca, una chica.

Hacía un frío asqueroso y el viento mandaba todo mi cabello a cubrirme los ojos, a obstaculizar mi vista. Cosa que detesto tanto por la incomodidad de no mirar bien, como por su propia anarquía estética. Me pasé la mano derecha por la frente y pude sentir que aún me olían algo los dedos a la caca don Pedro. Vaya maldición. Procuré caminar por la vereda menos transitada para así no sobresalir como 'el apestado', y recé mucho para que la combi en que me tocara subir no estuviera tan repleta. Ahí sí, en especial por la pésima costumbre que tienen los pasajeros de cerrar completamente  las ventanas, se notaría claramente que si algún olorcillo a bosta sobrevolaba, sólo había un culpable a quien observar con  lástima e igual y espumeante expresión de rabia. Vaya maldición, conchesumadrecita....
No tuve mucha suerte, en verdad. Esperé como media hora a que algún vehículo apareciera con cierto espacio libre, pero fue imposible. Al quinto o sexto que frenó en seco, decidí abordarlo. Insisto, estaba descontento con el clima, con mis dedos, con mi pelo, y si algún consuelo podía albergar  mi mente, era pues la idílica imágen de aquella tartaleta de café y vainilla con que me estaba esperando mi madre -y la odiosa vecina- para el lonche.
Me hice paso, como pude, entre la barbarie de cuerpos agotados y abarrotados entre sí tras el fin de una nueva jornada, los cuales, lamentablemente, parecían estar resignados -en silencio-  a la desdicha de tener que aguantar parados y cogidos de una columna de fierro, en una combi apestosa y/o lata de sardinas, la hora y media que, en el mejor de los casos, les tomaría regresar a casa. 
Y es que a esta hora de la noche ya no quedaba algún asiento donde poner el culo. Parado y con la mano alzada nomás (y oliendo a caca) me dispuse a soportar el largo trayecto.
No lo voy a negar, a pesar de todo ese ambiente hostíl, hervido y enemigo de cualquier sinonimia al término confort, sentí un ligero deleite al divisar muy cerca de mis hombros la ensortijada cabellera de la mujer que estaba a mi costado. Delicados y larguísimos rizos negros, que en medio de toda esa hediondez (la del carro y la de mis dedos con olor a pufi) perfumaron totalmente mi panorama, calaron hondo en mi espíritu arruinado y pesimista,  e hicieron que el inicio de aquel viaje me robara, de pronto, una sonrisa. 
Entonces procedí  a observar la cara de la muchachita, y la verdad que quedé embrujado (intimidado también) cuando ella, al notar que este cojudito de pelo desordenado y maletín de oficinista malpagado la estaba lookeando, no tuvo mejor obsequio -involuntario seguramente, pero obsequio para mí al fin-  que sonreírme.
Me quedé perplejo y congelado. Me hice el loco. Por un ratito nomás, aunque sea para no quedar tan rápidamente  como un pajero ocasional más, de esos que ofrece la ruta metropolitana. En eso, experimenté la súbita elevación de ese otro loco, ese locaso olvidado y mal tenido que, con más pena que gloria, sobrevive tras el algodón de mi truza Kayser, y así, sin más ni más, perdí la compostura y necesité observarla de nuevo a la niña linda esta, pero ahora sí, de pies a cabeza. Es decir, un escaneo total... pero astuto. Tenía que ser bien caleta, pues, si es que no quería quedar como el último humano virgen.
'Cha que en verdad estaba divina la condenada. Además, me gustó su particular estilo. No era, en lo absoluto, como yo. No era difícil notar que su vida era mucho más divertida y plena que la mía. Sostenía con su otra mano un skateboard, y tanto en él como en la negra polera (con capucha) que lucía, destacaba el colorido logotipo de una conocida banda de rock.
Yo no escucho rock, pero qué chucha. Igual ella se veía fascinante, una irresistible aventura colombiana (comprobé que era de aquel país, por el marcado acento que derrochó al dialogar por el celular con su padre diciéndole que ya iba en camino a casa. "Ayyy papi, oiga, ya estoy yendo a casita"). Sentí ganas de conocerla, así de rápido. Caso insólito para alguien como yo, que lleva -practicamente- la totalidad de su vida sin haber sentido la vocación de interesarse por una mujer. Y eso que no soy cabro, ah. No sé, simplemente las chicas que he conocido me han parecido hasta ahora o feas o tontas. A lo mejor porque se asemejaban  a mí, y bien, pues, siendo estrictos defensores de la verdad.... yo muy bonito no soy ni tampoco favorecido intelectualmente.
Por eso es que a lo mejor me llamó la atención, con tanta potencia, esta skater rockera. 

Un bebito, que estaba sentado en las faldas de  su madre, atrás nuestro, de pronto jugueteó, dándonos pataditas en nuestros trastes. Yo que soy desconfiado, recién me di cuenta que la malcriadez provenía de un mocosito, al darme media vuelta para divisar quién era el chuchasumadre que se hacía el futbolista a nuestras expensas. La picardía del infante y mi ridícula manera de estar a la defensiva, no hizo más que provocar una tierna sonrisa -aún más bella que la anterior- en la chica linda. Nuevamente puso sus ojasos en mí, y yo me sentí en el cielo. Dios mío ¿Hace cuánto, nadie que no fuera mi madre, me ofrecía un gesto así, tan bello y desprendido?
Era sorprendente el efecto que estaba causando esta bella dama en mí. Muy pocas veces en mis 27 años, me había sentido así de emocionado, o mejor dicho, CONMOCIONADO.
Todo este inesperado sentir, me estaba haciendo palpitar como caballo de paso y olvidar -quién lo diría- el aroma desagradable que seguía impregnado -y ahora (a causa de esta sublime causa) macerándose con el nervioso sudor- en mis dedos.
Viene el rudo cobrador y me dice que a dónde me dirijo. Le digo que al cruce entre Unanue y Meiggs y deposito rápidamente las 3 monedas en su mano. Me da mi boleto y me advierte que le recuerde con tiempo  el lugar de mi destino, pues hay un tráfico del diablo.
Desfiguro inmediatamente -como es costumbre- aquel boletito bueno para nada, y, en seguida, el sujeto le hace la misma pregunta a la bella. Ella, que ya había conseguido un asiento disponible para reposar como se merece, le dice con su riquísima voz de colocha ronquita al tío, que, oh sorpresa, también se bajaba en Meiggs, pero a la altura de la cuadra 12 (Yo bajaría en la 6). "¡Uyyyy!" -pensé. " Que se desocupe el sitio que está a lado de ella, y vamos a hablar todo el camino. Voy a ponerme valiente, encantador, y quién sabe, a lo mejor si tengo suerte, acaba acompañándome a comer la tartaletita en el lonche. Puta que sería precioso. Ya me imagino la cara arrugada y verde de la vieja puta de la doña Julia, al verme entrar a mi jato con esta princesa, con esta damita. Puta que la trataría con tanta dulzura...".
Del mismo modo que yo -no podía ser de otra forma, estábamos hechos el uno para el otro-, ella deposita las mismas 3 monedas que yo,  en las delincuenciales y ajadas palmas del hombre.
El acto estaba consumado. Ibamos a llegar juntos hasta Meiggs y deleitarnos recíprocamente con nuestras mejores historias. Ibamos a conocernos de verdad. Vaya final de tan cáustico día.
Sin embargo, parece ser verdad esa frasesita de que "El diablo más sabe por viejo que por diablo", y el huevas le increpó a la chiquilla que el pasaje hasta la 12 de Meiggs es 3 monedas con 50 centavos. Yo frunzo el ceño. Y ella, haciendo gala de su espíritu combativo de skater y rockera, le responde alterada que "No hay forma, oigame. Que yo siempre pago 3 monedas hasta Meiggs". Y pucha, en verdad mi princesa tenía toda la razón, pues. Oigame, salí entonces de mi letargo, de la hipnosis provocada por su cautivante belleza de deidad urbana, de mi aburguesamiento patético de empleado público, y sacando cara por ella y por esta oportunidad "una en un millón" que tenía para conocer a la mujer de mis sueños, alcé la voz, puse la peor cara de hijo de perra y le vomité en la cara al pata : " No es justo señor, usted a mí me ha cobrado 3 monedas hasta el mismo lugar". Una vez finalizado este alegato y, sintiéndome el tipo mas cojonudo del planeta, seguro de haber desbaratado con mi certero argumento a la oportunista tozudez de ese triste cobrador, procedí a mirar a los ojos con firmeza y encendido amor a mi colombiana de ensueño. Ella también me miró - ay, si la hubieran visto...- con un agradecimiento tal  y -puedo asegurarlo- una admiración inmensa por ese que era yo, desde entonces, el hombre que salió en defensa de sus derechos, ¡su hombre!, y juro, saboreé por un instante sus jugosos labios sin siquiera besarla. 
Gloria, gloria, aleluya. Gloria, gloria, aleluya.

" O pagas las 3 con 50, o mejor bájate del carro ahora mismo, flaquita, y toma otra movilidad que te pague lo que quieres".

 "  ¿ ¿ Qué?? ¿Con que así es la cosa, oiga usted? Pues, no tengo nada más que 3 monedas ".

" Entonces bájate nomás, flaca"-sentenció el carcaman. 

Entonces ella me lanzó una mirada lacerante, como diciendo "Haz algo, maldita sea, que de lo contrario todo nuestro plan se va a la mierda". Era mi momento estelar. Tenía que actuar veloz y con la sangre fría para evitar tan cruento desenlace.

.................
.................................................
......................................................................................Pero oiga usted, me paralicé.

No pude tener los reflejos felinos  necesarios para un momento de extrema urgencia como aquel. Mis apestosos dedos no pudieron sacar de la billetera aquellos 50 centavos salvadores. Mi boca no pudo abrirse, ni mi voz pronunciar ese viril "No te preocupes nena, no pasa nada... yo te regalo los 50 céntimos".

Entonces ella me volvió a mirar, en crudo silencio por unos 8 segundos más -que de seguro deben haber sido los más traumáticos y complicados de toda mi vida-, y pasado este lapso, al no obtener respuesta alguna de mi parte -vaya a saber yo por qué razon (por mi timidez, por mi miedo a concretar una verdadera aventura agradable, o por una cuestión de baja autoestima)- bajó raudamente de la combi y nunca más la volví a ver.
Entonces el cobrador, oportunista y miserable, a su vez hizo una mueca burlona.
Yo entonces comprendí, con suma impotencia y rabia, esa otra frasesita tan cierta que dice "El que no llora, no mama". Y fue en vano luego, que, apelando a mi desesperación por tan irreparable pérdida, me bajara a medio camino y buscara en las ventanas de otra combi, la imágen de mi dulce colombiana skater. ¿Y qué tal si era el amor de mi vida y la futura madre de mis hijos? ¿Y qué tal si esos 50 céntimos que nunca cedí, cambiaban para siempre el rumbo de mi podrido destino? Qué horrible es ponerse a pensar en las cosas que uno no hizo y, a lo mejor, debió de hacer. En su momento. Sin esperar.  ¡Conchesumadre, debí ser un ave rapaz! 

Volví a pie a casa, y para entonces ya no quedaba casi nada de la tartaleta. Mamá sufrió una grave recaída de temblores y depresión al rato de mi llegada. Me tuve que hacer cargo de ella y no dormí hasta la mañana siguiente.

Ah sí, para doña Julia sigo siendo un homosexual en potencia y un mediocre que sólo limpia culos de viejos.



domingo, 29 de julio de 2012

ESTÁN INVITADOS A MI CUMPLEAÑOS

¡brinden, carajo!




Mañana es mi cumpleaños. Sí, sí, 25 años... Un puto cuarto de siglo con mil y un anécdotas, hermosas, horribles, pero siempre únicas. Lo cual me hace sentir orgulloso y tranquilo.

Ayer estuve bebiendo un poco y comiendo requecheche con mis amiguitos y mi padre y hermano. Fui feliz, y quiero agradecerles -desde aquí-  a esas bellas personas, a esas bellísimas personas por hacer mi vida algo  mucho más real y maravilloso. Faltó, desde luego, muchísima gente más a la que quiero y  llevo - a donde sea que vaya - en mi corazón. Familiares que no están. Gente de Arequipa, que no pude convocar a mi casa por cuestiones de espacio doméstico, más no -nicagando- por preferencia emocional o mezquina indiferencia. Tampoco -por obvias razones geográficas - a hermanos del alma que he sabido hacer en  Lima, que con su alma excepcional me han hecho -en estos 6 años que llevo viviendo ahí- muy feliz. y en los momentos malos, olvidar a todos los conches putrefactos  por los que en algún momento llegue a decir "Te odio ciudad de mierda, tú sólo sabes parir cacasenos y lameanos".

Estoy mejor. Siento, de verdad, que estoy curándome  de las cosas malas, y ya no estoy pensando tanto en lo feo de esta vida. Por eso, debo ser justo y expresar, con total sinceridad y gratitud, que sin mi familia y mis amigos -que por suerte, por alguna razón, no son pocos- yo no sería nada de la aún poquita cosa a la que le falta muchísimo por hacer, y sobre todo, dar. Ustedes son Rock And Roll, gente hermosa. No me alcanzan las maneras para de verdad decirles GRACIAS.

Mañana vuelve mi madre de viaje -estuvo junto a mi hermana en el cumpleaños de una tía querida, allá en el país de Bruce Springsteen-  y quiero, por el el 25 aniversario desde que fui parido, sólo junto a ella - y a mi hermano Matías- estar, comiendo algo rico hecho por sus benditas manos, hablando de Dios,  de la familia, de todos los aconteceres de su viaje a Chicago, y agradeciéndole así mismo -con mis actos- por haberme escogido a mí -entre tantos bebecitos del Señor- para estar dentro de su vientre en 1987.Tanto que hacer para honrarte, mamita linda. Te amo. Y disculpame mucho si en este último tiempo doloroso te he hecho sufrir con mis delirios y llantos.

 Mi hermanita Maji, va a quedarse en Lima (a ella sí le gusta, creo, un poco más estar en aquella urbe sin exorcismo, a sentir por sobre todas las cosas la plenitud del respirar algo de pureza en esta Arequipa, que ya no será muy pura, pero sigue conservando todavía algo de su majestuosidad y orgullo). Sea como fuere, yo comprendo que la decisión de quedarse en la capital tiene que ver también con la ubicación territorial de su corazón. Es que, bueno pues, la Maji tiene con el Sebas (mi hermano del alma) una de las relaciones más bonitas y ejemplares que yo haya visto. A ambos los sueño juntos para toda la vida. Ojalá. Mientras tanto gócense y quiéranse mucho, preciosos ejemplares.  Igual, te sentiré cerquísima mío, Maji,  en cada momento dulce -como tú- que mañana me acontezca.

Mi padre, al que tanto adoro, y siempre, desde muy pequeño, desde que él me peinaba antes de ir al cole, admiro tanto -como se lo digo explícitamente, cada vez, como ayer, que estoy sumido en la dipsomanía absoluta- se irá nuevamente al campo a seguir trabajando incansablemente por nosotros.Lo veré el próximo sábado, cuando regrese a abrazarnos. Es el mejor tipo que yo conozco y me da un enorme orgullo llamarme como él.

El Mati, mi hermano, sí se queda acá en la Blanca.  ¡Es tan genial ese mocoso! Bondadoso como nadie, ingenioso a mares, ávido de humor campechano y soez -el cual trato de prodigarle e inculcarle cada vez que lo veo-, mi cable a  tierra cuando las cosas pintan feo porque como él dice "eres más inmaduro que yo". Un chiquito que va a ser -desde ya se le nota-  un caballero genuino. Un Murillo del Carpio notable. Ya sólo espero con ansias, el día que podamos tomarnos unas chelasas -siempre y cuando no acabe cumpliendo su firme promesa actual de una adultez en sobriedad-, hablando del fútbol y los Beatles, con nuestras hembritas a lado.

De mis amigos -la familia que uno escoje- no voy a hablar con especificidad  porque sería incontable para que entre en un sólo texto, y porque me parecería sumamente injusto, pues son tantos y tan cheverengues....

Mañana estaré sólo en mi casa, con mi mamita y mi hermano. No quiero visitas, perdónenme. No quiero salir -y hacer travesura y media-, agradézcanme.

Acabo de recibir, en facebook, un lindo mensaje. La misiva proviene de mi querido profesor de Literatura, de aquel mamarracho de colegio al cual asistí (Él fue el único MAESTRO que tuve ahí). Lucio Walter Portocarrero. El 'Porto'. Un digno arequipeño. Un digno peruano. Un dignísimo ser humano. Un héroe mío desde que tuve la fortuna de conocerlo. Un ser humano que, con sus enseñanzas de libertad, hizo que yo deseara para mi vida algo distinto, algo cojonudo, algo en verdad grandioso. En su saludo adelantado - ¡qué honor el mío de que mi primer saludo cumpleañero provenga de este grande de grandes!- me dice lo siguiente:
"Loco del alma: festeja tu fiesta de aniversario a todo dar. Yo brindaré desde aquí por tu bienestar y tu felicidad. Apártate de la cordura."

Hermoso ser, no tengas duda NUNCA que de la cordura siempre, pero siempre, intentaré estar bien lejos. Que, a lo mejor, un civilizado nunca me aproxime a ser. Yo sigo soñando todavía con la utopía de una vida desbordada e inimaginable. Borracha de amor. Tu yaraví es mi yaraví, maestro lindo. Nunca lo olvides. Gracias tenerme presente.

Así que sí, mañana voy a hacerme el loco. Que se cachen y se maten todos los que quieran, pero afuera de mi casa, si no es una molestia.

Yo voy a estar solano nomás. Haciendo las cosas habituales, como quedarme a solas con mis discos, para oírlos y oírme. Echado en mi cama, en el incomparable acontecimiento de escuchar a esos otros amigos invalorables que hay en mi existencia. Mis discos. Mucho más que un objeto. Compañeros leales en LOS MOMENTOS  de esta vida.

Así que bueno, con ellos -y con mi familia de sangre- voy a estar.

Sólo una cosita mas.

Amigos, amigas, jóvenes, jovencitas:

Si me recuerdan en mi día -lo cual desde ya les agradezco-.  no se tomen POR FAVOR la molestia de llamarme por teléfono y recordarme por la hot line lo guapo y chévere que soy. Hagamos algo mejor. Les lanzo un dato. Un tip. Una recomendación:
 Escúchense alguno de estos amiguitos musicales míos, que mañana -por cosas del destino- me estarán acompañando en la soledad de mi cartuja arequipeña. Esa es la mejor invitación a mi cumpleaños que les puedo ofrecer, para de esa manera poder sentirnos -yo de ustedes y ustedes de mí- más cerca, porque leerán lo que actualmente dice mi alma y todo mi sentir libertino.



1. Nebbia Trío - La Rueda Cuadrada (1975)



2. Beady Eye - Different Gear, Still Speeding (2011)


3. Manal - Banda Sonora de la película 'Tiro De Gracia' (1969)


4. Litto Nebbia - El Vendedor De Promesas (1977)


5. 'Manal' Javier Martínez - Basta De Boludos (2003)


6. George Harrison - Dark Horse (1974)


7. Litto Nebbia - Sólo Se Trata De Vivir (1981)


8. Litto Nebbia- Muerte En La Catedral (1973)


9. Los Gatos Salvajes - 40 Años De Rock De Autor En Castellano (1965-2005)


10. Litto Nebbia - Fuera Del Cielo (1975)


11. Litto Nebbia - Cosas Que No Quieren Morir (1976)


12. Litto Nebbia - Bazar De Los Milagros (1976)


13. Brownsville Station - School Punks (1974)


14. Seru Giran - Seru 92 (1992)



15. George Harrison - George Harrison (1979)




16. Manal - Manal (1970)

17. Bill Wyman - Monkey Grip (1974)


18. Huinca - Huinca (1972)


19. Litto Nebbia - Despertemos En América (1972)


20. Litto Nebbia - 1981 (1981)


21. Leon Russell - Leon Russell (1970)


22. Leon Russell - Leon Russell And The Shelter People (1971)



23. Kevin Ayers - Joy Of A Toy (1969)



24. Leusemia - Leusemia (1985)


25. The Chesterfield Kings - Stop! (1985)


26. The Gories - The Complete Bandin' Sessions (1989)


27. Tom Petty And The Heartbreakers - Mojo (2010)


28. Viejas Locas - Contra La Pared (2010)


29. Litto Nebbia - Canciones Para Cada Uno Vol.1 (1977)


30. Litto Nebbia - Canciones Para Cada Uno Vol. 2 (1978)


31. Litto Nebbia - 10 Años Después Cd. 1 (1978)



32. Litto Nebbia - 10 Años Después Cd. 2 (1982)


33. Litto Nebbia - The Naked Word (1979)



34. Litto Nebbia - Toda Canción Será Plegaria (1979)


35. Litto Nebbia - Solo Piano (1980)


36. Litto Nebbia - Creer (1980)


37. Litto Nebbia - Tres Noches En La Trastienda Cd. 1 (1981)


38. Liito Nebbia - Tres Noches En La Trastienda Cd. 2 (1981)




39. Eggs Over Easy - Good 'N' Cheap (1972)



40. Graham Parker & The Rumour - Howlin' Wind (1976)




41. Johnny Thunders - So Alone (1978)


42. Sweet Smoke - Just A Poke (1970)


43. Ron Elliott - The Candlestickmaker (1969)


44. Free - Free Live! (1970)


45. Gerardo Manuel & C.V.P. -  ¿Quién Es El Mayor? (1973)


46. AC/DC - High Voltage (1975)


47. Los Jaivas - Obras De Violeta Parra


48. Moris - Ciudad De Guitarras Callejeras (1973)


49. O Level - 1977-1980 : A Day In The Life Of Gilbert And George (1977-1980)


50. Eric Clapton - Eric Clapton's Rainbow Concert (1973)


51. Robert Plant - Band Of Joy (2010)


52. Nebbia-Rada - Las Aventuras De Rubén Rada y Litto Nebbia (1990)


53. The Coral - Roots & Echoes (2007)




54. Pajarito Zaguri - El Rey Criollo Del Rock And Roll (1984)



55. Charly García - Rock And Roll Yo


56. The Soft Machine - The Soft Machine (1968)


57. The Soft Machine - Volume Two (1969)


58. Herbie Hancok - Head Hunters (1973)


59. Claudio Gabis - Claudio Gabis Y La Pesada (1972)


60. Gal Costa - Cinema Olympia (1969)


61. The Rolling Stones - Their Satanic Majesties Request (1967)


62. John Mayall - The Blues Alone (1967)


63. Los Mojarras - Sarita Colonia (1992)


64. Spinetta - A 18' Del Sol (1977)


65. Pink Floyd - The Piper At The Gates Of Dawn (1967)


66. Rafo Ráez - Obsequio (2003)


67. Ron Wood - I've Got My Own Album To Do (1974)



68. Los York's - Los York's 67 (1967)


69. Los York's - Ritmo Y Sentimiento (1969)


70. Yma Sumac - Miracles



Ah sí, y cómo olvidarlo.. el maravilloso regalo de mi amigo Gonzalo Passano, el día de ayer. El Long Play de Piano Bar. Mítico.